Alguien me interrumpe empujándome hacia un casillero - Mía - Dice con voz fuerte y grave - Solo mía - ¿Y a este que le ocurre?
- !Oye depravado mental te puedes quitar¡ - Digo tajante .
- Mi mate , mi luna - Este chico fuma demasiada hierba - Mi to...
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Suspiro relajando mi cuerpo entero, en mi pecho reposa la cabeza de Warner y sus brazos me rodean. Llevamos más de una hora acostados en esta misma posición.
Después de que despertara me sometieron a sin fin de estudios y preguntas psicológicas para asegurarse que nada me haya dañado más allá de lo físico. También me enteré de mi bebé... aún no podía ser capaz de acordarme de ello, tan solo pensarlo hacía que una punzada de dolor y culpa se posara en mi pecho. Me sentía tan culpable de no haber podido proteger a su hijo...nuestro hijo. Me puse a llorar tanto que Warner termino llorando igual que yo.
Mis dedos se enterraban en su rubio cabello dándoles pequeños jalones de vez en cuando. –Duerme un poco más, pequeña.–Su murmullo contra mi piel hizo que mi vista vuelva a él.–Aunque sintiera mi cuerpo lleno de cansancio no podía cerrar los ojos para dormir un poco. Demasiados recuerdos venían a mi mente que me asustaba demasiado.
–No puedo, parece que mi cuerpo está cansado de tanto descansar.
–¿Quieres que me pare a abrir las cortinas?
Niego con la cabeza.–No, tranquilo. Pareces estar muy cómodo y no te quiero mover.
Siento como su cuerpo se despega del mío con cuidado, haciéndome estremecer por la falta de contacto. Cuando lo veo a los ojos siento como el mundo se detiene, alarga una mano y limpia unas lagrimas, que sin darme cuanta salieron de mis ojos.
–Ya no llores, nena. Por favor.
–Es que no puedo, la culpa me carcome.
–No quiero que te culpes de algo que no.–Se inclina para dejar un casto beso en mis labios. Camina hacia las cortinas abriéndolas, permitiendo que los fuertes rayos del sol entraran por toda la habitación.
Llevo mi mano a mis ojos tapándolos.–¡Cierra eso! Mis ojitos se queman.
Escucho su risa,–Bueno las cerrare un poco.
Quito la mano de mis ojos para poder abrirlos, bueno la luz ya es más aceptable.
–Vuelve aquí.–Palmeó mi lado.
El asiente y camina para volver a mi lado. Unos toques en la puerta se escuchan deteniendo a Warner.
–Ya tengo los resultados de tus estudios.–El doctor entra al cuarto seguido de Charlotte. Sonrió al ver a la última.
–¿Como ha salido?
–El golpe no llegó a afectar nada, eso era lo que mayormente nos preocupaba, y lo del bebé, no hubo afectaciones mayores.–Una punzada de dolor me atraviesa el pecho.– solo haremos unos estudios antes de que salgas mañana y tu pierna estará inmovilizada unas semanas para que sane.–Hace una pausa y levanta la vista.–Eres fuerte Zoe.– Me dice antes de salir de la habitación.
