Tightrope ⇝ Regulus Black ✔

trece

═════ ❝ 「 ❃ 」 ❞ ═════

La razón por la que James no golpeaba a Sirius cada vez que este se acercaba a Jane era porque ambos hombres habían hecho algo parecido a una apuesta. 

Sirius le pidió "permiso" a su mejor amigo para acercarse a su hermanita, James aseguró que ella jamás le haría caso y básicamente ambos se retaron. 

¿Que si eran unos imbéciles y patanes de primera? Por supuesto que sí. Ambos eran unos completos idiotas por hacer aquello.

A James realmente le aterraba que Jane se enterara de esto. Jamás lo perdonaría y seguramente le dejaría de hablar por el resto de su vida, no lo pensó en ese momento y por supuesto que ahora mismo se arrepentía. Pero también era un maldito orgulloso y no estaba dispuesto a perder. 

Sólo debía esperar a que terminaran las vacaciones de invierno para que todo ese asunto finalizara, pero era como si cada minuto durara una eternidad. Y él sentía que se consumía por la culpa.

Y ahora que le había dado una golpiza a Regulus, se sentía aún peor. Jane lo había regañado como si él fuera el hermano menor. ¿Por qué rayos escuchó a Severus? No debió hacerlo, ignorarlo hubiera sido su mejor opción pero es que simplemente en cuanto el nombre de su hermanita estuvo involucrada en la conversación, toda parte racional de él desapareció.

James se había quitado la camisa ensangrentada y la arrojó a algún lugar del dormitorio. Sirius estaba sentado en el borde de su cama con la cabeza entre sus manos, también sin camisa y pensando en todo lo que había ocurrido.

—Jane enserio estaba muy molesta— comentó Sirius en voz baja sin levantar la mirada.

—¡Sirius! Acabamos de golpear a tu hermano y lo dejamos casi inconsciente. ¿Realmente te importa más que Jane esté furiosa?— gritó James. Estaba desesperado, se notaba por su tono de voz.

El ojigris se irguió y se encogió de hombros. Como si nada de aquello le afecta en lo absoluto.

—Hace tiempo que quería romperle la nariz a Regulus. Así que realmente no me siento culpable de nada.

James llevó un par de dedos al puente de su nariz y respiró profundamente antes de dirigirse al baño. Sirius lo miró alejarse y se dejó caer en su cama cuando lo perdió de vista. 

Para su muy mala suerte, Remus Lupin había escuchado cada una de sus palabras y no estaba seguro de cómo sentirse al respecto.

Estaba molesto, incluso quería darle un buen golpe en la cara a sus dos amigos. Pero esa era información demasiado delicada. Si Jane se enteraba, sería la que más sufriría y era lo que menos deseaba.

Pero entonces, ¿qué haría?

》》》

Jane acariciaba con suavidad el cabello de Regulus, hacía bastante que se había quedado dormido y aunque aún estaba lleno de moretones, ya se veía mejor y respiraba sin dificultad alguna.

La enfermera preguntó, pero ni Remus ni Jane dijeron nada. Sólo que lo encontraron tirado en un salón y lo llevaron a la enfermería cuando notaron que estaba todo ensangrentado y apenas podía respirar.

Jane estuvo realmente tentada a decir que fue su hermano mayor quien hizo aquello, pero no fue capaz de hacerlo. Remus la iba a respaldar en cualquier cosa que ella dijera, si mencionaba que había sido James, él le daría la razón pese a que el otro era su amigo de toda la vida. Pero en este caso, siguió la versión de Jane de que sólo encontraron a Regulus por casualidad. 

El castaño se había ido hacía varios minutos para darle privacidad a la pareja. Le dolía, por supuesto que sí, pero también adoraba ver a Jane tan feliz. Aunque fuera con Regulus Black.

—Lo siento, Reg— murmuró la chica sin dejar de acariciar su cabello— es mi culpa que terminaras de esta manera y es justo lo que temía que pasara. 

Las lágrimas comenzaron a deslizarse silenciosamente por sus mejillas, le dolía tanto ver a su novio de aquella manera.

—Tal vez… tal vez lo mejor sea que nos separemos— un sollozo cortó sus palabras. 

Regulus abrió los ojos y miró a la chica.

—No digas eso— murmuró, sus ojos se cristalizaron— que me dejes me dolería más que los golpes que me dieron. Jane, te quiero. 

La chica se quedó estática por un momento, limpió sus lágrimas con la palma de su mano y luego sonrió.

—Siempre creí que yo sería la primera en decirte eso— rió un poco.

Regulus dejó ver una sonrisa y alzó su mano para acariciar la mejilla de su chica.

—James y Sirius pueden golpearme todas las veces que quieran pero jamás me alejaré de ti, Jane Potter. 

Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas. La chica se inclinó para besarlo con suavidad.

Se separó sólo un poco para mirarlo a los ojos. 

—Te quiero, Regulus Black. Y te juro que nada nos va a separar. 

Volvieron a unir sus labios, sellando su promesa. Eran sólo unos adolescentes pero estaba completamente seguros de que amaban al otro con locura e incondicionalmente.

Pero pobres ingenuos, si tan solo supieran todo lo que estaban por sufrir.