veinte

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Jane permaneció con su mano en el hombro de Remus. Él parecía realmente nervioso y trataba con todas sus fuerzas de calmarse para decirle lo que quería. 

El castaño miró a su contraria y se armó de valor al mismo tiempo que respiraba profundamente.

—Sabes que James ha estado preocupado por ti desde hace tiempo —ella asintió— bueno, hace unas horas, cuando te levantaste de la mesa y te fuiste con Regulus… ellos- nosotros, te seguimos. Lo escuchamos todo pero James no se lo tomó para nada bien. 

La chica sintió que su estómago le comenzaba a arder y su pulso se había descontrolado. 

—¿Regulus está… —

—Él está en la enfermería, creo que estará bien. James y Sirius están con la profesora McGonagall, ella los encontró cuando golpeaban a Regulus.

Jane se puso de pie rápidamente pero Remus la tomó de la mano. 

—Jane, hay algo más.

Las manos de la chica habían comenzado a temblar y por más que deseaba irse corriendo para ver a Regulus, volvió a tomar asiento. 

—Remus, ¿qué es? 

El castaño permaneció en silencio un largo momento y tuvo que tomar una gran bocanada de aire antes de continuar nuevamente. Amaba a Jane y ella merecía saber toda la verdad o sólo sufriría.

—James y Sirius hicieron una apuesta. 

Ella se tensó y su expresión cambió a una de completa confusión y tristeza. 

—¿Qué clase de apuesta?

Se tomó un momento antes de seguir hablando, básicamente estaba traicionando a sus amigos pero ella no merecía aquello. Jane puso sus manos sobre las de Remus y lo miró suplicante para que continuara hablando. 

Liberó un gran suspiro. 

—¿Recuerdas cuando Sirius estuvo intentando coquetear contigo el año pasado? —ella asintió y de inmediato supo por dónde iba todo aquel asunto— eso fue cosa de ellos. Sirius le apostó a tu hermano que lograría conquistarte y James le aseguró que nunca lo haría. Por eso James nunca le hizo ni le dijo nada a Sirius, para no interferir con su cometido. 

Jane mordió su labio inferior con fuerza. La ira recorría sus venas, incluso con más fuerza que hacía unas horas cuando enfrentó a Regulus. Sin pensarlo más, abrazó con fuerza el cuello de Remus.

—Gracias por decírmelo, Remus. 

Él también la abrazó con un poco de incomodidad.

—No es nada. 

Justo en ese momento, James y Sirius entraban a la sala común. A Jane ya no le importaba hacer todo un espectáculo a mitad de la sala común, estaba tan enojada con esos dos y gritarles frente a todo el mundo sería el menor de sus problemas. 

La chica se puso de pie y caminó a paso apresurado hasta ambos. James sólo la notó cuando sintió un ardor en su mejilla. 

Un profundo silencio se extendió por toda la habitación. 

—¡Eres un maldito imbécil, James Potter! —le gritó, con una intensa rabia— y tú —señaló con su dedo índice a Sirius— eres un estúpido niño con aires de superioridad que nunca va a cambiar. 

—Jane… —comenzó James. 

—¡No! —lo silenció— Ustedes dos son unos malditos estúpidos que sólo les gusta jugar con mis sentimientos creyendo que me protegen de algo inexistente por su tonta hombría que estoy segura, no tienen —su rostro era de un intenso color rojo— soy tu hermana, James y en serio te atreviste a dañarme. Sí… sé lo de su absurda apuesta.

Ambos hombres se tensaron.  

—Jane, te lo puedo explicar —habló con voz temblorosa James. 

—Perfecto. Habla. 

James se quedó en silencio. En realidad no tenía una explicación para sus estupideces. 

—Eso creí —volvió a hablar— tú ya no eres mi hermano, James y nunca lo volverás a ser. Espero que te pudras en el infierno. Jamás volveré a dirigirte una sola palabra —miró a Sirius— Regulus es tu hermano, Sirius. ¿Y dos contra uno? Casi matas a tu propio hermano, y ni siquiera te importó un poco. No lo mereces y me alegro que tu familia te repudie. 

Ni un solo ruido se hizo presente en la sala común. Era todo un espectáculo. Remus dio un paso al frente y puso una mano sobre el hombro de la chica. Ella lo miró rápidamente por sobre su hombro y luego de dar un profundo suspiro se dirigió a la salida, no sin antes golpear a ambos hombres al pasar entre ellos. 

Ambos tenían la mirada perdida. Esa chica en serio los había hecho sentir mal y no merecían menos. James dejó escapar un par de lágrimas y luego se dirigió a los dormitorios a paso rápido con Sirius detrás de él. 

Había perdido a su hermana. Realmente la había perdido para siempre y todo por culpa de sus estupideces.

N/A: ¿estamos de acuerdo en que todos amamos a Jane? Está chiquita y hay que cuidarla ♡

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Tightrope ⇝ Regulus Black ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora