Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
═════ ❝ 「 ❃ 」 ❞ ═════
Jane dejó de ser la misma de siempre. Había dejado de sonreír y sus largas y extensas pláticas se habían vuelto frases de cinco o seis palabras por mucho. Todos notaban que la chica estaba mal, pero nadie sabía la razón. Y por más que habían intentado acercarse a ella, no obtenian respuesa alguna.
El año escolar estaba por comenzar, aquel era el último año de James y el penúltimo de Jane. La chica no estaba muy segura de poder soportar otros dos años. Ahora mismo estaba sentada junto a la ventana en un compartimento del tren rumbo al colegio.
La chica miraba sin poner mucha atención al paisaje, sus pensamientos estaban difusos y su corazón aún dolía. La carta de Regulus permanecía en su bolsillo, se la pasaba leyéndola a cada momento y aunque era una tortura no podía dejarla de lado.
James seguía tratando de ayudar a su hermana de alguna manera pero nada servía. El característico brillo de Jane Potter se había desvanecido.
Para Jane resultaba aún más doloroso ver a Regulus por los pasillos o estar en la misma aula que él. Quería enfrentarlo, pero no quería provocar alguna clase de escándalo.
Por su parte, Regulus no estaba mucho mejor. Nunca fue un hombre de muchas palabras pero ahora lo era menos, también estaba más distraído y se dedicaba a mirar a Jane desde lejos siempre que tenía la oportunidad.
Aquel era un viernes, Black menor estaba junto a sus amigos en el comedor pero no les prestaba mucha atención y su vista estaba fija en algún punto de la mesa.
Jane se levantó de su asiento y caminó muy decidida hasta Regulus. Las miradas la siguieron mientras hacía su recorrido hasta la mesa de las serpientes.
—¿Podemos hablar? —dijo con voz bastante segura.
Regulus la miró con atención durante un momento antes de ponerse de pie y seguir a la chica. Caminaron un largo momento hasta un pasillo vacío y luego entraron a un aula.
Ambos permanecieron en silencio largos minutos, Jane tenía un nudo en la garganta y le costaba trabajo poder formar una sola oración. Liberó un profundo suspiro antes de dar media vuelta y ver de frente al azabache. Los ojos de Jane ya estaban rojos y con lágrimas acumuladas.
Sacó la carta del interior de su túnica y la lanzó hacia Regulus, el pergamino tardó en caer, Jane sentía una inmensa furia recorriendo su pequeño cuerpo.
Regulus no era capaz de mirarla a los ojos y trataba de ahogar todo su dolor.
—Quiero una explicación —habló ella en voz baja.
—Jane… —murmuró aún sin mirarla.
Las lágrimas se habían acumulado en los ojos de Black y no sería capaz de retenerlas por mucho tiempo.
