treinta y uno

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Todo era un completo caos. 

Jane miraba a Regulus, quien caminaba desesperadamente por toda la casa, de un lado a otro como si fuera un animal enjaulado. Ella no entendía nada y le parecía muy frustrante que su esposo no dijera palabra alguna. 

—¡Regulus! —le gritó para llamar su atención— por favor, detente. 

Él la miró nervioso pero siguió con su caminata de cinco pasos de un lado a otro.

—Lo siento, Jane… lo siento —dejó salir un profundo suspiro. 

Se detuvo y se acercó a su esposa para abrazarla, ella también lo rodeó con fuerza por la cintura, aspirando su embriagante aroma y disfrutando de su agradable calidez. 

—¿Qué está pasando? —murmuró, con el rostro enterrado en su pecho. 

Regulus sentía que el corazón se le iba a salir del pecho. 

—Vayamos a dormir —contestó luego de un momento. 

Se separaron sólo un poco y se dirigieron a su habitación. A Regulus en serio le dolía mentirle y ocultarle cosas a Jane, pero era por su propio bien, aunque él no tenía ni la más mínima idea de lo que ella hacía por protegerlo. La chica no tenía la culpa de nada y no quiere seguir involucrándola en asuntos tan peligrosos y delicados. Haberse casado con ella ya era lo suficientemente peligroso como para seguir exponiendo su vida, sobretodo cuando el señor Tenebroso tenía un peculiar interés por ella. 

Se tenía que repetir constantemente de que era por su propio bien, que sólo de esa manera la podía proteger. Por más que le doliera.

Más adentrada la noche, Regulus miraba a Jane durmiendo plácidamente entre sus brazos. Acariciaba su mejilla de vez en cuando, cuando la veía fruncir el ceño entre sueños. 

Realmente la amaba más de lo que podía siquiera pensar. No era capaz de imaginar una vida diferente a la que llevaba ahora mismo. 

Se escuchó un golpe sordo, Regulus se levantó de la cama con cuidado para no despertar a su esposa y rápidamente se dirigió a la entrada. Se sorprendió al ver a Kreacher en un estado fatal. 

▪︎▪︎▪︎

Cuando Jane abrió los ojos, sintió frío, mucho frío. Rápidamente se dio cuenta de que estaba sola en la cama. Suspiró agotada y decidió quedarse en la cama un par de minutos más. 

Ella lo sabía, que Regulus volvía a ocultarle cosas. Después de algunos años, incluso ella conocía ciertas de sus acciones. Realmente no quería entrometerse en sus asunto, porque sabía que no era nada bueno. ¡Pero era su esposo! ¿Cómo no preocuparse por él? 

Tightrope ⇝ Regulus Black ✔Where stories live. Discover now