Tightrope ⇝ Regulus Black ✔

veintidós

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Jane en realidad no entendía todo ese asunto de los mortífagos. Le aterraba, a decir verdad, pero lo intentaba por Regulus. El chico de negros cabellos se desaparecía algunos días para reunirse con algunos de los miembros, a Jane no le molestaba pero sí temía por él. 

En serio trataba de entender los ideales de Black pero es que era injusto hasta cierto punto y por ello, casi siempre trataban de evitar el tema. Eso sólo los llevaría a fuertes discusiones y por ahora no las necesitaban. 

Era casi mitad de marzo, Jane seguía sin hablarle a su hermano ni a Sirius. Curiosamente, ella seguía sin arrepentirse de nada de lo que les había dicho, esos dos se lo habían ganado a puro pulso y ya los había perdonado una vez, no volvería a cometer el mismo error. 

Y pese a que Jane era una fiel creyente de las segundas oportunidades, esos dos no merecían más. No cuando se habían comportado como unos grandísimos idiotas.

Esa tarde de sábado, Regulus y Jane estaban sentados en una banca de piedra en una jardinera, sólo pasando el rato. De pronto, vieron a Remus Lupin acercarse a ellos. 

Black se puso a la defensiva sin decir nada, Jane puso su mano sobre el hombro de su novio para evitar que le hiciera algo a Lupin.

—Hola, Jane —saludó el castaño tímidamente— ¿podemos hablar? 

Black lo mataba con la mirada pero no se movía, sus ojos permanecieron firmes en la figura del hombre y se contenía gracias a la mano de Jane que permanecía en su hombro.

Era como un perro a punto de atacar, sólo esperando la señal de su amo para hacerlo.

—Hola, Remus —la chica le dirigió una agradable sonrisa— por supuesto. 

Miró a Regulus, que seguía sin quitarle los ojos a Remus. Ella dejó salir una risa. 

—Está bien, Reg. Remus no me hará nada.

Los músculos del pelinegro se relajaron, miró a su novia para sonreírle un poco y se inclinó para besar su frente antes de ponerse de pie.

—Entonces nos vemos mañana, si este idiota te hace algo, estaré en la biblioteca. 

Ella negó divertida y vio a su novio alejarse, no sin antes golpear el hombro de Lupin con el suyo. Esta vez Remus tomó asiento sin decir nada y frotó sus manos contra sus muslos para limpiar el sudor que se había acumulado. 

—¿Está todo bien, Remus? —preguntó con auténtica preocupación— disculpa a Regulus, no confía mucho en ti por ser amigo de James y Sirius.

Él asintió apenas y sin poder evitarlo, liberó un corto suspiro. 

—Sí, está todo bien… más o menos —rió nerviosamente— ya sabes, James sigue tratando de buscar la manera en que lo perdones y Sirius dejó de ser tan idiota. Es un poco extraño. 

—Si estás aquí para convencerme… —

—¡No! —gritó nervioso, cerró los ojos con fuerza y se maldijo internamente— no es nada de eso, lo prometo. 

La chica rió suavemente y puso su mano sobre la de Remus, causando que él se pusiera aún más nervioso.  

—Bien, lo siento. Es sólo que estoy segura de que James es capaz de lo que sea, incluso de mandarte a ti en lugar de venir él. 

La vista del castaño permaneció en la mano de Jane que estaba sobre la de él. Tardó un momento en regular su respiración para poder hablar. 

—Yo… hay algo que debo decirte. 

Jane se acercó un poco más a su contrario, lo miró preocupada y apretó un poco más su mano.

—Sabes que me puedes decir lo que sea.

Remus la miró con ojos tristes. 

—Sabes que este es mi último año en el colegio —ella sintió— y hay algo que quiero que sepas, antes de que me vaya y no nos volvamos a ver en quien sabe cuánto tiempo. 

Jane frunció el ceño.

—Remus, somos amigos. Nos veremos incluso después de que terminemos con el colegio.

Él sonrió apenas.

—Eso espero, Jane —volvió a bajar la mirada, le había costado muchísimo armarse de valor para decirle aquello y no se podía arrepentir ahora— yo sé que amas a Regulus y está bien, sé que él también te adora… todos lo pueden ver —se quedó callado por un momento— es sólo que… Jane, me gustas y sólo quería que lo supieras para poder seguir con mi vida.

La chica lo miró sorprendida, nunca hubiera esperado una confesión así por parte de Remus. Sin pensarlo mucho, puso una mano en la mejilla de su contrario. Él la miró con una diminuta sonrisa triste. 

—Remus, eres un chico realmente increíble y maravilloso —le sonrió, mientras hacía pequeños círculos con su pulgar sobre su pómulo— y estoy segura de que cualquier chica sería afortunada de estar con alguien tan magnífico como tú. Es lindo saber que te gusto y si no hubiera conocido a Regulus, estoy segura de que hubiera podido haber algo entre nosotros. 

Él cerró los ojos, liberando un suspiro y disfrutando del suave toque de la chica. Si tan solo le hubiera confesado sus sentimientos antes, probablemente habría sido una historia diferente. 

—Gracias, Jane —ahora él puso su mano sobre la de ella— en serio creo que te mereces todo lo mejor de este mundo. Siempre eres tan linda y amable con todo el mundo sin importar nada y enserio me encantaría decirte todo lo que me encanta de ti, pero sólo lo haría más incómodo.

Ambos rieron un poco. 

—Seguiremos siendo amigos, Remus, lo prometo. 

—Eso me encantaría. 

Jane se acercó para besar su mejilla, Remus le sonrió un poco y se puso de pie. 

—¿Vas a la sala común? 

—Sí, aún tengo que hacer algunos deberes.

—¿Te molesta si voy contigo? 

—Para nada.

Jane se puso de pie con un salto y abrazó el brazo del castaño. Juntos comenzaron a caminar, hablando un poco. En realidad, no se sintió incómodo el ambiente.

—Sabes que si Regulus te hace algo, me lo puedes decir y yo mismo lo mato. ¿Cierto?

La chica dejó salir una gran risa, estaban por llegar a su destino. 

—Gracias, Remus. Lo tendré en cuenta. 

Él también sonrió ampliamente y juntos entraron a la sala común. Al menos, su amistad se había fortalecido bastante y Remus estaba bien con eso. Lo cierto es que nunca esperó que Jane respondiera a sus sentimientos pero se sentía tan liberador habérselo dicho y ahora sentía que podía seguir adelante.