Capítulo 6

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— Kakashi... ¿Meditas de noche? —indagó Sakura sin levantar la mirada del plato frente a ella a medio comer, mientras jugueteaba con los trocitos de comida ya fríos.

Para él la cena había estado maravillosa. Claro que si sólo se refería a la comida, la cual no había defraudado en absoluto a los chismes acerca de las habilidades culinarias de la chica. Y menos podía quejarse del ambiente. Todo estaba tan ordenado y tan delicadamente decorado, que se generaba una atmósfera acogedora y hasta, en cierto punto, romántica; lo que superaba todas las expectativas que tenía para para la noche, teniendo en cuenta la molestia con la cual ella había aceptado su supuesta victoria esa tarde.

El pequeño departamento al que Sakura se había mudado meses atrás, era realmente agradable, muy al estilo de su niña rosa y dispuesto tal como él se lo imaginara. Llevaba semanas queriendo conocerlo, pero no había conseguido inventar ninguna excusa lo suficientemente inteligente, para generar una situación que lo llevara casualmente ahí. Y no entendía porque se había enredado tanto con ello, pero sentía que él en ese lugar tan íntimo para ella, crispaba todos sus nervios. Loco e inexplicable para un ninja de su categoría, pero así se sentía.

—Claro, ¿por?

Ella suspiró antes de fruncir la nariz mirando hacia otro lado.

—Simple curiosidad.

Desde que Kakashi se presentara esa noche, en un horario elegido por él ya que ella nunca había acordado los detalles del pago de su apuesta, Sakura había estado irritable. Su enojo no se había aplacado en nada a pesar de haber pasado horas desde esa supuesta discusión. Y si todo fue preparado con esmero por la chica, incluyendo un pequeño delicatesen acompañado con un buen vino tinto para relajar la espera al plato principal; la tensión que se percibía en sus facciones y las frases ácidas que de tanto en tanto le lanzaba, contradecía en todo el ambiente que había generado.

Y él no podía más que responder con una sonrisa, tratando de disimular con escueto éxito las risas que le generaban esas reacciones. Realmente disfrutaba de tener a su niña rosa en ese estado entre frustrado y furioso.

Era un deleite ver esos enormes ojos entrecerrarse ante las medidas carcajadas que dejaba escapar cada tanto sólo en el afán de seguir provocándola, o como su espalda se tensaba ante la insinuación casual, pero no menos intencional, de lo acertado que fue apostar esa cena durante la competencia de la tarde.

Por más que ella intentara disimular su voluble estado bajo la excusa de los nervios que le causaban brindarle una buena impresión como cocinera; Kakashi sabía muy bien que esa agitación poco tenía que ver con dichos argumentos.

Y no podía disfrutarlo más, aunque eso lo convirtiera en un peor hombre de lo que ya era para ella. Porque por su culpa su niña se sentía así. Y lo mejor era que él tenía los medios para calmarla, sólo quería esperar el momento adecuado para dar el siguiente golpe, ignorando con verdadera intención las miles de alarmas que se encendían en sus pensamientos advirtiéndole que dejara ese juego cuanto antes.

Pero cada vez que la miraba a los ojos, su voluntad se deshacía. Si esto era lo único que tendría con ella, lo tendría de todas formas. Por más que luego quedara reducido a un manojo de frustración apenas aplazado a fuerza de pajazos.

— ¿Te pasó algo esta tarde, luego de que te fueras? — insistió intentando picarle esa fingida tranquilidad con la cual jugaba con la comida, mientras acomodaba sus palillos dentro del cuenco vacío.

— No... nada... — todo el cuerpo se le tensó en ese momento y fue evidente que comenzó a buscar una excusa para cortar el tema de inmediato. — Eh... ¿quieres más? — Le dijo señalando el plato vacío de Kakashi — Preparé bastante.

La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]Where stories live. Discover now