Capítulo 52

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La puerta de la oficina de espera, contigua a la del hokage, se abrió dando paso a una atareada Shizune quien quedo colgada del picaporte mientras seguía hablando con Kakashi dentro, respondiendo a unas solicitudes que este aparentemente le hacía.

Sakura dio un respingo al oír la abertura chirriando al abrir, quedándose prendada de esas voces, buscando inconscientemente entre ellas a la del peliplata, aunque desde su ángulo más que eso no podía hacer, no veía nada.

No podía decir que no estaba nerviosa. Desde la conversación con Tsunade, ni bien llegara al hospital a media mañana, ese había sido su estado predominante, aunque fue hábil en impedir que le robara demasiado de su buen humor, ya que no debería estar allí según sus planes para el fin de semana.

La idea inicial era regresar el miércoles, por lo que les quedaba un día más en la finca, al fin y al cabo ella había dado parte de que iba a utilizar dos de sus días de franco atrasados. Pero durante el atardecer del lunes, el mensaje que le llegara a Seiyi solicitando su presencia por unos contratos a cerrar en carácter de urgencia, les acortó las pequeñas vacaciones. Y si bien al varón le molestó tener que responder a aquello, negándose en una primera instancia, fue Sakura quien le convenció de no retrasar las obligaciones, siempre y cuando cenaran juntos a su regreso. Claro que el plan propuesto ni fue discutido, agregando él que a partir de ese fin de semana siempre cenarían juntos, porque también así dormirían. Y si bien sus intenciones conllevaban a mudarla con él, Sakura se negó a ello inteligentemente, sugiriéndole que podía visitarla a las noches, tantas veces como a él le gustara.

Sonrió cuando sintió el picor en el cuello de aquella mordida que le propinara al calor del sexo durante la madrugada. Si bien su cuerpo estaba satisfecho, cada ronda con Seiyi era única, y esa última fue intensa, llegando a dudar de si el motivo de las varias marcas que dejó por su cuerpo, siendo esa la más visible, fuera debido a su descontrolada pasión, o por que acaso quería marcarla. Conociendo lo dominante y posesivo que se comportaba con ella, era más que seguro que el acto caía en la segunda opción.

Apoyó la carpeta sobre la falda para acomodarse más arriba el pequeño pañuelo que, a forma de adorno, se había colocado alrededor del cuello para tapar esa bendita marca, aunque sinceramente no le molestara eso. No había nada que ocultar de esa nueva relación que estaba viviendo, aunque siempre era más prudente mantener el decoro en el trabajo.

—¡Ay, dios! —suspiró Shizune ni bien cerró la puerta— ¡Está insufrible hoy! —susurró rodando los ojos.

Sakura le sonrió nerviosa, intentando disimular aquello, y tomó las carpetas para ponerse de pie.

—Perdona... aún no es tu turno. Está con la General ANBU.

—Entiendo —y volvió a su asiento.

Shizune la observó unos segundos. Tenía órdenes que cumplir, pero no podía evitar reparar en su amiga que ahora le levantaba la vista con una calma y fingida sonrisa en los labios.

—Sakura... ¿estás bien?

—Sí. ¿Por qué no debería estarlo? —le miró sorprendida.

—Es que —suspiró — ...no me gusta esto.

—¿Qué cosa?

—¡Esto, Sakura! —dijo entre dientes señalado con el pulgar hacia atrás, hacia la oficina del hokage.

—Ah... entiendo —sonrió nuevamente, y esta vez se sintió genuino—, está todo bien Shizune. No hay problema.

—No sé... es muy pronto y-

—No hay problemas. En serio te lo digo.

La mujer asintió chasqueando la lengua luego.

—No voy a dejarte sola.

La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]Where stories live. Discover now