CAPÍTULO 3

3.2K 133 5
                                    

Amelia White

Dejé mi auto estacionado una cuadra más atrás debido a que en esta zona es imposible encontrar otro lugar disponible. Caminé hasta que llegué a un gran edificio, muy elegante, cubierto con ventanales gigantes de vidrio, desde el punto de vista profesional pude notar que tiene un diseño exquisito, en el se leía con letras grandes y elegantes Henderson Enterprises, Inc., no tenía dudas, este era el lugar que estaba buscando.

Subí los escalones que llevaban a la entrada, la verdad es que por dentro es tan impresionándote como por fuera, estoy anonadada ante tanta elegancia. Me acerqué hasta la chica que supongo es la recepcionista.

-Hola, buenas tardes, soy Amelia White y busco al Señor Henderson... -La joven y guapa chica me sonrió muy educadamente y contestó:

-Buenas tardes, ¿Tiene alguna junta con el Señor Henderson? –Me respondió con su perfecta sonrisa marcada.

-No exactamente –Mostré la tarjeta que tenía en mi mano y continué –En la mañana hablé con él y me dijo que lo busque aquí.

-Permítame un momento –Me respondió mientras agarraba el teléfono y marcaba un par de dígitos –Tiffany, una joven busca al Señor Henderson – Quedó un momento en silencio mientras la persona al otro lado de la línea hablaba, la sonriente joven dirigiéndose a mi continuó – ¿Me repite su nombre por favor?

-Amelia White.

-La Señorita Amelia White –Respondió por el teléfono la joven –Ajá... sí... ajá... ok. –Seguía diciendo mientras me miraba. Colgó el teléfono. – Bien, me ayuda con su identificación por favor.

-Claro... -Abrí mi cartera, saqué mi billetera, busqué mi identificación y se la entregué, cuando se la di ella me entregó el carnet de visitante.

-Puede subir señorita White, piso treinta. –Dijo una vez más con una gran sonrisa.

Me dirigí hasta el ascensor de empleados y ya una vez dentro marqué el número de piso, el cual es el último piso del edificio, por alguna extraña, muy extraña razón me sentía nerviosa... No había motivo para sentirme así, debería estar enojada porque el tal Henderson chocó mi auto, primer día que lo uso y me tuvo que pasar esto, ¡Perno no! Aquí estoy, nerviosa y con las manos sudorosas en este palacio empresarial a punto de hablar con aquel hombre que me hipnotizó con su hermosa mirada de ojos azules... ¡Pero que estoy pensando! Amelia, vienes para que pague el daño de tu auto, nada más... fue lo último que pensé puesto que las puertas del ascensor se abrieron. Entré al gran espacio que estaba frente a mí, la verdad es que en comparación con la planta baja este piso se encontraba muy desolado, a penas y se veían unas cuantas personas.

Me acerco hasta el escritorio en donde se encuentra otra joven, aquí vamos otra vez, pensé.

-Buenas tardes, soy Amelia White y el Señor Henderson me citó en este lugar.

-Buenas tardes Señorita White, puede tomar asiento, el Señor Henderson llegará en un momento. –Me respondió la joven quien también parecía tener marcada una perfecta sonrisa.

-Gracias –Dije y tomé asiento junto a una mesa decorada con flores y unas cuantas revistas.

¿Quién se cree este tipo que es? Son las dos con diez minutos y no está, como si yo tuviera todo su tiempo, pensé, cuando de repente escucho abrirse las puertas del ascensor y ahí estaba el, de pie, con una postura muy firme y seria. No pude evitar que mi nivel de ansiedad subiera y fue entonces cuando se percató de mi presencia y fijó su mirada en mí, sus hermosos ojos azules me miraban mientras se dirigía hasta la chica que se encontraba en el escritorio.

AMELIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora