Libro 1 Capítulo 16

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La mañana siguiente a su impulsiva acción fue un completo revuelo desde las primeras horas del día; justo cuando los soldados divisaron el cuerpo luego de un patrullaje cotidiano que resultó ser todo menos normal. Que un consejero de la corona hubiera accidentalmente caído desde el último piso de la corte había calado profundamente en los corazones de todos; excepto en el de Hope, quien pretendió sorprenderse del hecho cuando este fue cautelosamente informado en el gran salón por parte del secretario del rey Alaric.

Hope se había desligado de todo asunto relacionado al caso, podía ser una impulsiva pero no una estúpida. Ella no había estado en el último piso la noche anterior y jamás había mantenido conversación alguna con el tan despedido hombre; incluso más tarde tal vez daría una vuelta por el entierro para brindar sus condolencias a la esposa del sujeto.

No sentía remordimiento alguno, ya no sentía absolutamente nada. Había quitado tantas vidas, directa e indirectamente a lo largo de su corta existencia, que el simple hecho de sumar otra más a la famosa carreta ya no provocaba ningún tipo de emoción; lo que dos por tres consideraba penoso porque por lo menos quería sentir la adrenalina que provocaba el peligro de la acción. Por otro lado si se preocupara por cada una de aquellas personas a las que daba fin el dolor la habría consumido hacía muchísimo tiempo atrás, algo que claramente no podía permitirse ni en sus mejores sueños. Hope no podía romperse, Hope había sido creada para ser un pilar, un enorme pilar capaz de mantener un reino que por momentos le parecía quedar gigante tras la sombra del actual rey.

¿Podría ella llegar a ser un buen legado para los Mikaelson?¿Podría algún día llenar los zapatos de su grandísimo padre?

- ¿Has escuchado del accidente del consejero Duval? -

Hope no estaba ni interesa en saber o recordar aquel nombre, no podía permitírselo porque cosas como esas eran las que llevaban al remordimiento. Remordimiento, dicho sentimiento parecía un chiste para el linaje Mikaelson.

La chica asintió al angustiado guardia un tanto mayor que ella, tal vez cinco o seis años. La verdad era que no solía interactuar mucho con la seguridad del sitio, solo lo justo y necesario cuando se trataba de Josette.

- Una verdadera lástima -Le comentó sin preocuparse en fingir un tono de voz más dolido, más respetuoso o siquiera sorprendido.

A final de cuentas no era a él a quién tenía que convencer; en especial cuando el caso ya había sido tomado como un accidente.

Hope no había querido indagar pero sintió un increíble alivio cuando en el pasillo, sin intención alguna y mientras hacía su camino hasta el comedor, escuchó algunos rumores con respecto a que el asesor de la corona se encontraba bajo algunas sustancias estimulantes previo a su caída; lo que básicamente había ayudado a que creyeran en el accidente.

¿Entonces era eso lo que le había visto comer?¿Alguna clase de estupefaciente?

- ¿La Delfina? -El soldado preguntó haciéndola volver a la realidad, aquella que no quería enfrentar.

La realidad era Josette y Landon Kirby felizmente comprometidos, algo que a Hope no le agradaba ni de chiste. Valía recalcar que no tenía nada que ver con un país o con una corona, tenía que ver con los tediosos sentimientos que había desarrollado por la castaña.

¿Cómo había sido tan estúpida?¿Cómo se había permitido caer por una Saltzman?

- En sus aposentos, nos complacerá con su presencia en un rato -Le informó pese a que no era tarea de este conocer la posición o estado de la joven.

Hope enseguida supuso que no preguntaba por protocolo sino por cortesía y cariño, la joven era realmente querida por el personal del sitio. Aquel pensamiento le llevó a cuestionarse si el personal de servicio en la corte de Inglaterra le tenía aprecio alguno; algo que por lo menos no descubriría pronto.

Si solo fuera Hope -Hosie 1Where stories live. Discover now