Libro 1 Capítulo 24

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Recuerda la primera vez que Josette se percató de la situación, o por lo menos cuando esta decidió comentar algo al respecto. Ya corría la primera semana de Mayo y para ese entonces Hope llevaba varios días sin dormir bien; al menos los suficientes como para que esta luciera terriblemente cansada ante cualquier mirada curiosa que decidiera reposar ojos en su silueta durante unos cortos segundos.

Aquella cálida mañana La Princesa de Gales se frotó los parpados varias veces, hasta el punto de que los mismos quedaron irritados ante la reiteración y brusquedad de la acción. Su cuerpo se sentía inhumanamente pesado, el dolor en su nuca no colaboraba. Trató de contener un bostezo, llevando la mano derecha por sobre su boca para tratar de disimularlo sin mucho éxito.

Josie enarcó una ceja en su dirección, la misma los había estado contando y esta era la quinta vez en menos de diez minutos. Claro que Hope no se había dado cuenta de la atenta mirada de la castaña, estaba tan cansada como para ni siquiera poder seguir el hilo de sus propios pensamientos.

No, de hecho estaba segura de que ni siquiera podía pensar en primer lugar.

- Hope -Su voz era apenas un susurro, como si tuviera miedo de romper algo en caso de alzarla un poco más- ¿Te encuentras bien? -Cuestionó apoyando su mano en el omóplato de la pelirroja, trazando la zona con su pulgar.

El contacto físico se había vuelto fundamental entre ambas. Muchas veces, por no decir la mayoría de estas, lograban comunicarse o reconfortarse sin la necesidad de vociferar algo. Aquello era algo que apeligraba con exponer la relación debido a la naturalidad del gesto, de forma inconsciente lo terminaban teniendo en cualquier lugar y frente a cualquier persona.

Hope sabía lo que significaba aquella mano en su omoplato, no era la primera vez que La Delfina expresaba su preocupación o trataba de transmitirle seguridad a través de aquel pequeño pero bien reconocido gesto. Era así como también sabía que una mano firme en su codo, justo a la altura del tríceps, era una clara demanda de hacerse a un lado o detenerse; lo contrario al casi desapercibido pero cálido apretón en su bíceps. La pelirroja solía estrujar con cuidado la mano de Josette cuando estaba de acuerdo con algo, por otro lado colocaba una mano en su espalda baja cuando creía que algo no era seguro. Su mano en la espalda baja de Josette atraía sus cuerpos juntos, lo que tenía sentido si su mente desconfiaba de algo o tan solo creía que un sitio no era seguro para la chica. La cercanía de sus cuerpos tenía la ventaja de que ante cualquier cosa la castaña estaría justo a su lado; en su mente se repetía que cuanto más cerca la tuviera, más segura estaría. Suponía que todo aquello eran instintos, aun así no estaba muy segura. De todas formas habían aprendido los significados de cada gesto con el tiempo, no había sido necesario hablarlo.

- Claro -Hope asintió con rapidez mientras se erguía hasta alcanzar una postura que Josie considero extremadamente rígida, poco común en su persona.

Con el paso de los meses la pelirroja se había vuelto su libro favorito, como tal Josie no se salteaba ni un solo capítulo. Era gracias a eso que sin ningún tipo de duda, y pese a que la princesa de Francia no era una experta en la lectura del lenguaje corporal, podía afirmar que Hope estaba mintiendo.

- ¿Estás segura? -Josie reiteró con su entrecejo ligeramente fruncido, en sus ojos bailando el hecho de que no le creía.

Si Hope se dio cuenta, la misma no lo dijo ni actuó mejor para hacérselo tragar. 

- No es nada, puedes quedarte tranquila -La pelirroja declaró al tiempo en el que sus hombros caían hasta alcanzar una postura más relajada, una suave y somnolienta sonrisa extendiéndose por sus labios.

La verdad es que creía que si no dormía bien en alguna de las próximas noches, su cuerpo terminaría sucumbiendo para ser alcanzada por un trágico final.

Si solo fuera Hope -Hosie 1Where stories live. Discover now