108

2.8K 124 4
                                    

Mi cabeza parece que va a explotar, estoy mareada, mi corazón va a mil por segundo, y siento que me falta el aire, como puedo llego al sillón en dónde está mi celular, marcó al primer contacto de mi familia que encuentro, y es el de Antonella.

Mi cuerpo tiembla y los pitidos del celular se cortan, vuelvo a marcar desesperada, al tercer pitido Anto contesta.

–¿Agus?– contesta bostezando.

–Anto, por favor, siento que no respiro– trato de mantener el control de mi cuerpo pero no puedo.

–¿En dónde estás?–siento ruidos y que le dice algo a mi hermano, me da una puntada en la cabeza y siento que me voy a desmayar.

–En mi apartamento, ayúdame por favor, creo que me voy a desmayar– las lágrimas caen por mis mejillas y el cuerpo entero me tiembla.

–Estoy yendo para ahí, en unos minutos llego– siento un portazo y ruido de llaves.

–No cortes por favor, seguí hablando porque siento que me voy a morir, mi cuerpo no puede más.

–Escuchame, necesito que trates de calmarte, estoy a cinco minutos. Lionel se quedó con los chicos, porque estaban por dormir– intento respirar pausadamente, pero no puedo, la habitación se siente más pequeña y el oxígeno me comienza a faltar.

–¿Seguís ahí, Agus?, estoy llegando.

–Si, estoy acá, siento que no respiro, me duele el pecho.

–Acabo de llegar, ¿sabes si dejaste la puerta abierta o si la tenes que abrir desde adentro?

–Creo, creo que está abierta– escucho ruidos en el pasillo y a los segundos la puerta se abre.

Antonella me ve y camina rápido hasta donde estoy.

–Estoy acá Agus, mírame gorda, trata de seguir mi respiración– leo sus labios tratando de concentrarme, intenta levantarse pero agarro su brazo–. Voy a buscar agua.

–No te vayas, quédate conmigo por favor– asiente y vuelve a sentarse.

–No me voy a ningún lado, estoy acá con vos, ahora concentremonos en respirar- comienza a contar hasta el diez, como hacía Lio cuando era más chica.

–Siento que estoy perdiendo el control de las cosas– agarra mis manos porque me estoy lastimando con las uñas.

–Estas bien, solo son tus pensamientos, vos estás bien– seguimos haciendo ejercicios de respiración, hasta que los espasmos disminuyen y mi cuerpo deja de estar en alerta y comienza a tranquilizarse.

No sé cuánto tiempo pasa, pero cuando por fin caigo en lo que acaba de suceder me largo a llorar y Antonella me abraza.

–Terminamos, Paulo y yo terminamos– me acaricia la cabeza.

–Shh, está bien sino queres hablar ahora, solo trata de tranquilízarte. Nos quedamos así por un par de minutos más

–Mi cabeza está apunto de explotar– se levanta a buscar agua y las pastillas que están en mi mesita de luz.

Cuando ya me tranquilice por completo, le cuento todo lo que pasó.

–No le digas a nadie, pero creo que estoy embarazada, tengo un atraso, justo ahora que mi vida es una mierda y acabo de terminar una relación.

–Nos tenés a nosotros que es lo que más importa, Paulo se pudo mandar mil cagadas pero si llegaras a estar embarazada, te va a apoyar, es un buen chico.

–Estoy muy cansada, me quiero acostar– asiente y vamos a mi habitación–. ¿Podes quedarte? tengo miedo a que me vuelva a pasar y estar sola.

–Esta bien, ¿hace cuanto no te pasaba algo así?– se sienta al lado mío.

–Desde hace años, supongo que es por todo el estrés que tengo encima, el desfile con victoria's secret, el trabajo y todo lo que pasó con Paulo.

–Prometeme que si vuelve a pasar nos vas a contar a Lio o a mí– asiento y me acuesto para dormir–. Descansa voy a estar en la otra habitación por si acaso.



Together | Paulo DybalaWhere stories live. Discover now