Together | Paulo Dybala

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-Por culpa de nuestra apuesta la selección perdió ayer- le digo.

-Yo no tengo la culpa, ahora te tenes que poner mi camiseta hasta que termine la fase de grupos.

-Ya quisieras amigo- me mira mal y se da media vuelta.

-Dale Paulo, no te enojes, sabes que es joda. Y que si me voy a poner tu camiseta.

-No es por eso ¿sabes?- se da vuelta y me mira.

-¿Entonces por qué es?- le pregunto.

Cuando está por responder llegan todos a cenar.

-Ya fue, después te digo- me dice y se va con Paredes.

-No entiendo que le pasa- le digo a Martinez que me está molestando.

-No le des bola, ya se le va a pasar. Ahora vamos a comer, tengo hambre.

-Normal en vos, siempre con hambre- nos reímos y nos sentamos en una mesa.

(...)

Al otro día a las 7 de la mañana partimos a Belo Horizonte en donde se va a jugar el segundo partido de fase de grupos. Argentina vs Paraguay.

Me siento al lado de la ventana, cuando subimos al avión de la selección y espero que nadie se siente al lado mío, quiero viajar tranquila.

-La puta madre- digo cuando alguien se sienta al lado-. No me dejan en paz.

-Ah bueno, entonces me voy- me dice Dybala y se vuelve a levantar, lo agarro de la mano.

-Pensé que era Martinez o el Kun, vos si te podes sentar, mientras no me molestes todo el viaje.

-Con que no querías que me siente con vos- se para Martinez al lado de Paulo, en el pasillo-. Todo bien Agustina.

-Y si sos re molesto pibe, llamala a Gandolfo, una de esas ella quiere que la molestes.

-¿Te odio sabes?- me hace fuck you y se va. Paulo se ríe.

-¿Por que de mal humor?- pregunta.

-Odio subir a tantos aviones, Barcelona, Salvador Bahía y ahora Belo Horizonte- digo y estiro mis piernas.

-Y quedan muchísimos más- asiento y agarro mi bolso para comer algo, sacó unas lays y las abro.

-¿Queres?- le pregunto, y él asiente.

A la hora, me duermo sobre el hombro de Paulo, que estaba hablando con Foyth, igual no duermo mucho por que al rato me mueven un poco.

-Eu gorda, están por traer el desayuno, si queres pedir algo ya vuelve la chica- asiento mientras bostezo.

-Gracias por hablarme- sonríe-. Estoy hecha un quilombo, ¿cuanto dormí?

-Y unos cuarenta minutos mas o menos.

(...)

Mientras desayunamos, empieza a sonar cumbia por la radio y Rojos se para.

-¡Dale Marquitos, que te sale lo turro de dentro!- grita el Kun y se para a bailar.

Nos reímos de las cagadas que hacen y antes de aterrizar entró al baño, para arreglarme un poco.

-Agus, ¿me ayudas con Ciro?

-Sí ahí voy, espera que agarre mis cosas- recojo todo y ayudó a Anto con el bebé.