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29/09/20

Pasaron casi dos meses desde el cumpleaños de Joaquín y del viaje a Italia, mi vida ahora es tranquila y puedo decir que después de meses en los que la pase mal ahora estoy volviendo a ser feliz y volviendo a mi rutina de antes.

La selección vuelve a jugar en exactamente 9 días, y espero ansiosa los partidos, ya extrañaba ver a todos juntos de nuevo.

Con Joaquín estamos intentando estar en una relación y por el momento todo va bien, me hace feliz y disfruto muchísimo el tiempo que paso con él. Tratamos de vernos seguido por lo que ambos trabajos requieren de viajar, aunque siempre nos hacemos un lugar para vernos.

Por el momento los únicos que saben son personas de nuestro círculo cercano y estamos esperando un poco para poder confirmarlo, pero no los estamos tomando con tranquilidad.

Ahora me estoy quedando en Roma trabajando con una marca y estamos pasando tiempo juntos.

Mientras Joaquín entrena yo organizo mis cosas y de paso limpio las cosas que ensució cuando cocinó y me pidió por favor que lo haga. Cuando termino, me voy a bañar y justo cuando estoy saliendo siento la puerta principal abrirse.

Termino de cambiarme y bajo a la primera planta, el deja su bolso y las llaves del auto en la mesa de la entrada y se acerca a saludarme. Tiene el cabello mojado por lo que supongo se acaba de bañar.

–¿Cómo estuvo el entrenamiento?– pregunto mientras caminamos a la sala.

–Sinceramente, estoy muerto– se sienta en el sillón y revisa el celular. Me acerco por detrás y le hago masajes, deja su teléfono a un lado y levanta la cabeza para mirarme.

–¿Te bañaste?– asiento y bajo mi cabeza para darle un beso–. ¿Tenes algo que hacer?– siento sus músculos relajarse a mi tanto y cierra sus ojos.

–No, hoy solo tenía que ir al estudio a la mañana– le hago mimos en el cabello–. ¿Por qué, paso algo?

–No, quería que vayamos a cenar– camino y me siento a su lado.

–Vamos, no tengo nada que hacer así que tranqui– el sonríe.

–No doy más, ¿vamos a dormir una siesta?– le digo que sí solo porque estoy un poco cansada por lo que la sesión fue muy temprano.

(...)

–¿Nos podemos quedar acá?– me pregunta Joaquín que está acostado a mi lado y tiene su cabeza en mi pecho, me río.

–Pero si vos me invitaste y ahora no queres ir– levanta la cabeza para mirarme.

–Cambie de opinión, igual voy a ir porque vos queres ir– antes de levantarse me da un beso–. Me voy a cambiar, acordate que es una cena del club.

–¿Te diste cuenta que sos más bipolar que yo?– le tiro una almohada y el logra agarrarla antes de que lo golpee.

–Cambiate porque después te demoras– me devuelve el almohadaso y se va al baño riéndose.

Cuando ya ambos estamos listos, agarramos nuestras cosas y subimos al auto. Después de 15 minutos llegamos al restaurante en dónde también hay compañeros de quipo de Joaquín, por suerte me vestí elegante.

Me presenta con los chicos del club y después nos sentamos en una mesa, separados del resto.

El resto de la noche es tranquilo, conozco a las parejas de los amigos de Joaquín y me caen bien rápidamente. Extrañaba esta rutina y la paso muy bien conociendo a gente nueva.






Together | Paulo DybalaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum