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-Hola amor de mi vida- abrazo a Mateo que viene corriendo a abrazarme-. Te extrañé mucho nene.

-Yo también, ¿el tío Paulo?- lo bajo y el corre a abrazar a Dybala que viene detrás de mí.

-Tío, aprendí a hacer pataditas- dice dando saltitos, él le revuelve el cabello.

-Bien ahí campeón, más tarde jugamos ¿dale?

Saludo a mi hermano y a Anto. -¿Y mi otros dos bebés?- pregunto.

-Thiago con la mamá en la cocina y Ciro duerme su siesta- dejo la mochila en el sofá y me dirijo a la cocina.

-Hola pa- lo abrazo y le doy un beso en el cachete.

-¿Y a mí no me das un abrazo?- niego y mamá se pone la mano en la cintura-. Mira que te puedo deshederar ¿no?- me río y voy a abrazarla.

-¿Donde está mi otro bebé?- hago como que busco mirando hacia arriba.

-¡Acá tía!- miro hacia abajo y me agachó para abrazarlo.

-Es que sos enano como tu papá- me río y Thiago me mira enojado-. Era broma.

(...)

-¿Anto tenes algo para el dolor de cabeza?- le pregunto mientras me siento en el sofá. Lío me mira.

-Creo que sí Agus, déjame que voy a buscar.

-¿Qué tenes?- pregunta mi hermano.

-Estuvo así todo el viaje- le explica Paulo.

-Seguro algo me cayó mal- alzó los hombros.

-¿Alicia y los chicos cuando llegan?- Lio cambia de tema.

-Mañana, dijeron que nos iban a avisar así vamos para el aeropuerto- digo.

Antonella vuelve con agua y una pastilla y me la da. La tomo y dejo el vaso sobre la mesita.

-¿Como se van a organizar para dormir?- pregunto, mientras apoyo mi cabeza en el hombro de Paulo que está al lado mío.

-Mamá y papá en una habitación, Dolores en la tuya y Ali con Lauty en otra- responde ahora Antonella-. ¿Está bien así?

-Supongo que sí, sino después vemos.

-¿Ustedes con Paulo se quedan en tu departamento?- asiento con la cabeza.

-Sí, no queda tan lejos igual- alargo la palabra.

-Ponele- agrega Lionel.

-Igual sino la corremos a Dolores de la habitación de Agus- bromea Paulo y lo miro mal.

-Mi cabeza está a punto de explotar- digo cerrando mis ojos.

-Con la pastilla que te di ya se te va a pasar, si queres anda a descansar en tu habitación- me dice Anto.

-Amor ¿Vos te quedas acá o subis conmigo?- le pregunto a Paulo.

-Con Lio y los nenes vamos a jugar, anda a dormir así capaz se te pasa- me da un beso en la frente, me levanto y subo a mi habitación.

(...)

Despierto por el ruido que hay en la casa, desbloqueo mi celular para fijarme la hora, son las nueve de la noche. Me levanto de la cama, me pongo las zapatillas y bajo a la sala para ver que están haciendo.

Como no hay nadie en la sala me dirijo al patio de donde proviene la música, a los primeros que veo son a Neymar, Luis y Paulo jugando a la pelota con mis sobrinos.

Antonella, Sofia, la esposa de Suarez, y mi mamá están hablando entre ellas mientras toman alguna bebida alcohólica. Y por último Lio y mi papá están prendiendo el fuego en la parrilla.

Primero me acerco a donde están los chicos, quitandole la pelota mientras me río.

-¿Ustedes que hacen acá? - me acerco a ellos.

-Nunca saludes ¿no?- primero abrazo a Luis y después a Neymar.

-A vos desde hace tiempo no te veo Brasileño- le digo riendo.

-Desde que estás con Paulo, rosarina- lo miro sonriendo, amo como habla español el pibe este.

-Mentira, no nos vimos porque me traicionarte y te cambiaste de club- hago como si estuviera llorando y me secara una lágrima.

-Algún día voy a volver, lo prometo- lo abrazo y Paulo me mira, yo le sonrió y le tiró un beso, después me acerco a él.

-Celoso que sos- le susurró en el oído mientras lo rodeo por el cuello-. Te amo.

-¿Qué están por cocinar mi papá y Leo?- pregunto.

-Pizza a la parilla, querían dejar el asado para Navidad- me responde y después me da un beso.

-Tía, ¿queres jugar?- pregunta Thiago mostrándome la pelota.

-Bueno bebé, juguemos.

-Agustina y Thiago en mi equipo- exclama Neymar.

-Luis y Mateo conmigo entonces- responde Paulo, atandole los cordones a Teo. Sonrió viéndolos chocar el puño y empezamos a jugar.

Terminamos de jugar justo cuando la comida está lista. Con Thiago y Neymar nos burlamos del otro equipo.

-Para ustedes feos le ganamos- Mateo me saca la lengua.

-No se vale, Luis ya está viejo, a penas se mueve- se queja Dybala haciendo que Suarez le pegue en el hombro.

-No se aceptan quejas, y encima vos elegiste- le digo levantando mis hombros-. Ahora me debes un kilo de helado amor.

-No me quedaba de otra, si Neymar eligió antes que yo- le doy un beso-. Me olvidé de preguntarte ¿Ya te sentis mejor?

-Sí, la pastilla hizo magia- río y nos sentamos todos en la mesa.










Together | Paulo DybalaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu