Capítulo 8: Talking

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Lucius gimió cuando finalmente se sentó en su lujosa cama de cuatro postes, no podía dormir. Miró a su esposa; ella, en cambio, dormía plácidamente. Cogió su bata plateada, se la puso por encima del pijama y salió de la habitación. Se dirigió directamente a su despacho, cogió dos vasos y los llenó. Una vez hecho esto, se dirigió a la habitación de invitados, donde se encontraba Harry Potter. Todavía estaba tratando de asimilarlo, quién iba a pensar que tendría a Harry Potter, de entre toda la gente, alojado en su mansión. Abrió la puerta y observó que Severus seguía despierto, como había previsto. Cuando Severus estaba preocupado no podía dormir, así de bien conocía Lucius a su único y verdadero amigo. ¿Quién lo hubiera pensado? Él, desde luego, no lo había hecho, de hecho le había dado pena el primer año. Le había ayudado lo mejor que pudo, sin que el niño de pelo negro lo supiera. Hasta el día de hoy no sabía por qué, no había sido beneficioso para él. No pudo sorprenderse más cuando Severus fue iniciado; sabía que Severus era un mestizo. Sólo después había descubierto la verdadera condición de sangre del Señor Tenebroso.

-Lucius-, dijo Severus sin siquiera volverse, -me sorprende que no estés dormido-.

-Toma-, dijo Lucius entregándole un vaso de delicioso y raro bourbon que había empezado a amar, cortesía de su padre. Severus no era un hombre que se preocupara por lo que bebía, así que aceptó la bebida. A decir verdad, le vendría bien ahora mismo, su mente daba vueltas mientras las ramificaciones de sus acciones se acumulaban en su mente.

Lucius acercó una silla y se sentó junto a su amigo, sabiendo cómo se sentía, atrapado, impotente y abrumado. -No había nada que pudieras haber hecho-. Lucius dijo que sus ojos de mercurio eran solemnes.

-Durante los últimos cuatro años, cuando pensaba en él me burlaba y asumía erróneamente que lo estaban malcriando. No es que pensara en él a menudo, pero aun así... me equivoqué- dijo Severus con amargura, su amargura estaba haciendo que su estómago se rebelara horriblemente. Teniendo en cuenta que Severus siempre se sentía amargado, era una sorpresa que eso lo hiciera enfermar físicamente.

-Todos lo hicimos, quiero decir que sobrevivió a algo que otros no, ¿quién no lo habría mimado?- preguntó Lucius en voz baja.

-Su familia, al parecer-, dijo Severus, su ira no dejaba de arder; quería volver a Cokeworth y matar a Petunia. Luego mostrarle a Dudley Dursley lo que era ser intimidado y evitar que un niño resultara ser igual que su amargada y retorcida madre.

-Déjenmelos a mí-, dijo Lucius con una sonrisa vengativa que se extendía por su rostro. Si había algo que Lucius sabía era cómo destruir a la gente, chantajearla y amenazarla. No era en absoluto un buen hombre, y no pretendía serlo.

-No me cabe duda de que tu venganza sería mejor que cualquier cosa que yo reparta-, dijo Severus con ironía, mirando al niño dormido sin saber qué hacer.

-Eso es porque simplemente los matarías-, resopló Lucius divertido, lo cual era cierto, Severus no tenía paciencia alguna. No sabía por qué se había convertido en profesor, pero tampoco era cierto. Sabía por qué, Dumbledore le había obligado básicamente a ello con los votos inquebrantables. Nadie podía librarse de ellos, no sin perder la vida. Era el peor hechizo vinculante de su mundo; se podría argumentar que perder la magia era peor.

-Cierto-, sonrió Severus sádicamente, es lo que quería hacer ahora mismo. -¿Qué demonios se supone que debo hacer Lucius?- terminó su sonrisa reemplazada por la preocupación. Había cogido a Harry pero hasta ahí había llegado su pensamiento. Esperaba dejar a un niño maltratado en San Mungo y ahora era el cuidador de Harry Potter.

-Eso, amigo mío, depende de ti-, dijo Lucius en voz baja mientras daba un sorbo a su bourbon. -¿Hay alguien en quien puedas confiar para que lo suba? Podría darles dinero, es lo menos que puedo hacer-.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora