Capítulo 9: Hunting For A House

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-Narcissa ¿puedes vigilar a Harry por mí hasta que vuelva? Necesita dos pociones en una hora- dijo Severus, esperando la respuesta de Narcissa, no era de los que daban por sentado a la gente. Harry aún no se había despertado, y Severus decidió que era hora de buscar una nueva casa. No podía criar a Harry aquí, ni tampoco en Spinner End. No era un lugar agradable para criar a nadie, al menos ya no. Estaba en su mayor parte abandonado, las casas tapiadas y los adoquines se estaban desprendiendo y el río cercano hacía que apestara algo terrible. Si iba a criar a Harry, lo iba a hacer bien. ¿Quién iba a pensar que iba a comprar una casa? Él, desde luego, no. Siempre había vivido en Spinners End, era suficiente para él.

-¿A dónde vas?- preguntó Narcissa sorprendida, Severus no se había separado de Harry en dos días, debía ser importante para él irse ahora.

-Voy a Gringotts para ver la compra de una casa- dijo Severus, sus mejillas se tornaron ligeramente rosadas por la mirada de sorpresa de Narcissa. Sinceramente, ¿pensaban en serio que iba a criar a Harry en el edificio destartalado en el que se encontraba actualmente?.

-Por supuesto, Severus-, dijo Narcissa, asintiendo con la cabeza en señal de comprensión, -¿Dobby? Cuida de Draco por mí- dijo, antes de dirigirse a la habitación de Harry. Draco se encontraba en su cuarto de juegos, en el que había todo lo que un niño podía desear y necesitar.

-Sí señora- dijo Dobby desapareciendo para atender al joven amo.

Narcissa entró en su habitación de invitados, a diferencia de su marido no tenía problemas con la presencia de Harry. No, no problemas, sino problemas para adaptarse al hecho de que el héroe del mundo mágico estuviera aquí en su casa. Para ser honesta, ella había tenido más problemas con el hecho de que él fuera abusado. No se abusaba de muchos niños mágicos, al menos no en el mundo mágico. Se les apreciaba, se les castigaba cuando era necesario, a veces de forma exagerada, pero nunca se abusaba de ellos hasta el punto de que murieran. Incluso los mortífagos querían a sus hijos, ¿en qué estaba pensando Dumbledore? Era una locura. Por desgracia, el niño de la cama se había llevado la peor parte.

Había notado sutiles cambios en su mejor amigo, siempre había sido protector pero ahora lo era más. Debía estar planeando criar a Harry él mismo, lo que significaba que Lucius tendría que asegurarse de que se hiciera legalmente. De lo contrario, Dumbledore podría separarlos. Lucius ya estaba fuera, sólo Dios sabe lo que estaba planeando. Fuera lo que fuera, ella esperaba que fuera largo y doloroso para esos abusadores de niños.

Era tan pequeño; parecía años más joven que Draco cuando en realidad tenían la misma edad. Podía recordar haber leído los periódicos el día después de lo ocurrido; ya sabía que algo había pasado. Lucius se había caído de la cama y se había tirado al suelo gritando de dolor. Cuando se detuvo, ambos vieron que la Marca Tenebrosa había desaparecido. Luego los periódicos lo contaron todo, Lily y James Potter estaban muertos y Harry Potter había hecho lo imposible. Había sobrevivido a la maldición asesina que le había lanzado el mago más oscuro de la época. Había mirado a Draco y se sintió abrumada por la tristeza, sobre todo por sentir tanto alivio de que el loco se hubiera ido.

Severus entró en Gringotts a hurtadillas, estaba medianamente vacío, todavía era muy temprano para que la gente entrara. -Necesito hablar con Ironclaw-, dijo Severus poniéndose orgulloso y alto, exigiendo que lo atendieran de inmediato.
-Enseguida-, dijo el duende, al que Severus no tenía esperanza de identificar, -Sígame-.

Caminaron hacia la derecha, dos guardias a cada lado ambos magos y pasaron de largo. A diferencia de los bancos normales, no había asientos ni sensación de bienvenida. Era frío, seguro y estéril como lo preferían los sangre pura. El duende le indicó que esperara mientras entraba en uno de los muchos despachos. Mantuvieron una rápida conversación en lenguaje goblin antes de que llamaran a Severus.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Where stories live. Discover now