THE VOW AND ITS CONSEQUENCES

Capítulo 32: Coming Together

-¿Cómo está Harry?-, preguntó Lucius cuando empezaron a caminar desde Pequeño Hangleton, donde habían aparecido, hasta la Choza de Gaunt. La cual era un poco cuesta abajo, cuando se comparaba con la Mansión Riddle se veía aún peor que destartalada, simplemente no había una palabra para describirla. Le había estado hablando a Draco sobre Harry, asegurándose de que su hijo no se pusiera celoso por la atención compartida, pero parecía que Draco estaba emocionado por tener un amigo. Aunque al principio se asustara, ya que dudaba que Harry hubiera tenido un amigo en su vida. Draco había prometido ser amable, que compartiría sus juguetes y que haría que Harry "estuviera mejor", algo tan infantil. Afortunadamente Draco nunca podría entender de verdad por lo que pasó Harry, si alguien hubiera lastimado a su hijo de la manera en que Harry se lo habían hecho... no habría quedado nada de ellos para encontrar. Si antes hubieran pensado que era un mortífago... para cuando hubiera terminado habrían pensado que el mismísimo diablo había descendido sobre ellos. Si alguien se atrevía a dañar a Harry de nuevo, se aplicaban las mismas reglas, el niño se había metido en su corazón. Cualquiera que lo conociera sabría lo imposible que era eso. Tenía muy pocas personas que le importaran de verdad, la lista era muy corta, Narcissa, su hijo, Severus y por supuesto Harry ahora. Se tomaba muy en serio sus obligaciones como padrino; Harry sería lo primero, al igual que su hijo.

-Sigue siendo extremadamente receloso con los extraños, pero hoy no lo demostró tanto, creo que está empezando a aprender a confiar en que puedo mantenerlo a salvo- dijo Severus, su tono pensativo.

-No somos extraños-, no pudo evitar Remus señalar.

-Lo eres para él-, afirmaron a la vez Lucius y Severus.

-¿Hay una buena forma de acercarse a él?- preguntó Remus en voz baja, maldiciendo para sus adentros cuando estuvo a punto de tropezar debido a un agujero en la hierba que parecía comerse el pie. Haciendo un gesto de dolor, sus huesos ya se sentían sensibles fue que miró a su alrededor asegurándose de que no había más sorpresas esperándole.

-No es que hayamos aprendido, pero quédate quieto en la medida de lo posible, pasa bastante tiempo con él y no esperes demasiado-, respondió Lucius con sinceridad. -Apenas se está acostumbrando a mí-.

-¿Creíste que sobornarlo funcionaría?-, sonrió Severus, riendo maliciosamente.

-No lo hice-, replicó Lucius fingidamente molesto, -Necesita juguetes y regalos, eso le demostrará que nos importa, y en algún momento penetrará en la mente de Harry que está a salvo y es apreciado. No viste dónde dormía Sev, y lo que tenía. Algunas ropas viejas, lápices de colores rotos en realidad todo roto. Escondidos para que sus familiares no los encontraran, y sin duda se los llevaran. Si hay un niño en este mundo que merezca un poco de mimo por parte de su padrino es él-, era diferente verlo en un pensadero, muy diferente. Le faltaban los sentimientos; la miseria que la magia había imbuido en las paredes: la miseria de Harry.

-¿Padrino?- murmuró Remus, con los ojos muy abiertos, no sabía por qué se sorprendía realmente. A pesar de que había seis años entre ellos, eran buenos amigos. Por supuesto, Lucius, por lo que él sabía, no le había dado a Severus ni la hora en Hogwarts, aparte de sus deberes de director. Por otra parte, ningún joven de diecisiete años querría ser demasiado amistoso con un alumno de primer año, apenas se les prestaba atención. Aunque no sabía si era cierto, ya que él, por supuesto, no sabía lo que ocurría en la sala común de Slytherin.

-Fue el que se aseguró de que Harry recibiera el mejor tratamiento posible, así que sí, es el tipo de padrino que me gustaría para mi hijo. Además, tiene influencia política y peso, lo que significaría que si me ocurriera algo, sabría que Harry está completamente a salvo. Nunca más Dumbledore tendrá la oportunidad de meterse en la vida de Harry-. Le dijo Severus con dureza, mostrando su posesividad.