Capítulo 37: Draco

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Lucius salió de la red Floo, aterrizando con paso suave en su casa, el esplendor y el mármol brillante que no podía dejar de admirar cada día fue lo primero que vio. Mientras subía por la gran escalera, no podía dejar de reflexionar, estaba muy orgulloso de su hogar, le habían educado para creer que era el mejor, que serviría al Señor Tenebroso como su padre, volver a las viejas costumbres... como si fuera algo especial. Puede que lo fuera entonces, importante incluso, pero el mundo había evolucionado y no lo necesitaba, algo que el Señor Oscuro y su padre no eran capaces de entender. Había tardado mucho tiempo en darse cuenta de la verdad, pero se creía demasiado encasillado. Eso y que temía lo que pasaría si confesaba lo que realmente sentía. No es que fuera de la luz, o que Dios no quisiera que le importaran los muggles o los nacidos de muggles, tenía a la gente que le importaba, pero aparte de eso el mundo podía irse a la mierda. Técnicamente era un mago oscuro y estaba orgulloso de ello, aunque había algunas acciones de las que no estaba orgulloso.

Entró en la biblioteca, la sala que su hijo y su tutor utilizaban como aula improvisada para sus clases. No había mejor lugar para ser educado que en una biblioteca, rodeado de todos los libros que pudieras necesitar. -Narcissa-, dijo Lucius, esbozando una cálida sonrisa sólo para ella, -Sirius Black te ha invitado a Prince Hall, le gustaría verte. Personalmente creo que sólo quiere a alguien conocido, uno con el que pueda decir que ha tenido más de una palabra amable-.

-Debo decir que estoy sorprendida, no pensé que estaría dispuesto a hablar conmigo, no terminamos precisamente en los mejores términos-. Admitió Narcissa mientras guardaba los libros de Draco en el cajón.

-No parece guardar ninguna animosidad-. Respondió Lucius con suavidad, adentrándose más, Draco no estaba allí. -¿Dónde está Draco?- preguntó, normalmente Narcissa apenas lo perdía de vista estos días.

-Está recogiendo algunas cosas que le gustaría llevar para conocer a Harry-, dijo Narcissa reprimiendo su preocupación, ¿y si Harry no era capaz de manejar a un niño de su edad después de lo que su despreciable primo le había hecho? A pesar de que había advertido a Draco en repetidas ocasiones, su hijo seguiría sufriendo si Harry reaccionaba mal.

-Harry va a estar bien-, dijo Lucius en voz baja, capaz de leerla como a un libro, nadie más podía sólo él la conocía mejor. -Draco entiende que Harry puede no estar cómodo al principio. Ha recorrido un largo camino, ahora está más acostumbrado a la gente- con tal de que Severus se quedara en la habitación esperaba que Harry estuviera bien con compañía de su edad.

-Eso espero-, dijo Narcissa poniéndose recta, -va a ser la primera vez que lo vea desde que se fue-, la emoción sustituyendo sus preocupaciones. Se preguntaba cuánto había cambiado, físicamente en todo caso. Se había mantenido al tanto de cómo se enfrentaba a las cosas mentalmente, y parecía estar mucho mejor en un entorno estable y con alguien en su vida que lo ponía en primer lugar, pero eso le pasaría a cualquier niño en esas circunstancias. -Debería cambiarme-. No estaba adecuadamente vestida para la compañía.

Lucius se rió: -Vamos a estar entre la familia, Narcissa, en una barbacoa entre otras cosas-.

-¿Una barbacoa?- Narcissa parecía desconcertada, algo así no era algo digno de un sangre pura, así que hicieron lo de siempre, mantenerlo entre familiares directos y alegar lo "muggle" que era. Mentiras de dos caras, engaños y charlas inútiles era la forma en que se hacían las cosas, no se decían muchas verdades, tendían a mantener sus pensamientos y su corazón cerrados a todos. A Draco definitivamente le gustaría, oh, ella esperaba que los chicos se llevaran bien.

-En efecto, te ves notable con todo lo que llevas puesto, y te ves fantástica tal como estás, ahora veamos qué es lo que retiene a Draco-, agregó Lucius, dándose vuelta sacudiendo la cabeza, ya sabía lo que estaba pasando: Draco estaba tratando de meter todo el contenido de su habitación en una pequeña bolsa. Juntos, tanto él como Narcissa, se dirigieron a la habitación de su hijo, dispuestos a salir cuanto antes.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Where stories live. Discover now