Capítulo 24: The Diary of Tom Marvolo Riddle

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-Parece tan tranquilo ahí tumbado, ¿verdad? ¿Le ha gustado el pijama que le compré?-, preguntó Minerva, que había ido al mundo muggle a buscar algunas cosas para él. Siendo todo lo que Harry conocía, un poco de familiaridad podría ayudar a que se sintiera cómodo. Por muy buen guardián firme que fuera Severus, no era Molly Weasley. Aunque intentaba no juzgarlo por cómo trataba a los alumnos de Hogwarts, pero nunca había visto a Severus con niños pequeños, así que no podía juzgarlo con un cien por cien de exactitud. Habiendo sido maltratado, Severus era probablemente el único que ella conocía capaz de lidiar con ello.

-Al principio no estaba seguro-, dijo Severus con una sonrisa que adornaba sus finos labios, al recordar la mirada de Harry cuando se los mostró. -Pero se probó uno y ha seguido usándolos. A juzgar por la ropa que llevaba cuando lo encontré... agradece tener algo que le quede bien y sea nuevo-.

-Le conseguí algunas otras cosas-, dijo Minerva sacando un pequeño objeto de su bolsillo y agitando su varita. Comenzó a expandirse y a volver a su tamaño original. Estaba en una bolsa de plástico, lo que indicaba que había estado en el mundo muggle. El mundo mágico todavía lo envolvía todo en papel de estraza. A veces eran tan retrógrados que resultaba risible. Sin embargo, había algunas tradiciones que el mundo mágico no parecía querer ver reducidas a la inexistencia.

-No tenías que hacerlo-, dijo Severus, pero aun así aceptó la bolsa y miró en su interior. Era más grande; obviamente le había puesto un amuleto.

-Fui a un taller de osos, fue fascinante ver cómo creaban osos desde cero tal y como a uno le gustaban- dijo Minerva, a pesar de haber nacido en el mundo muggle, no compraba con frecuencia allí. Por lo que desconocía en gran medida los avances del mundo muggle.

Severus retiró el oso con el labio crispado; ligeramente sorprendido de que no fuera con los colores de Gryffindor. No había duda de que Minerva esperaba que Harry estuviera en su casa. Sin embargo, Severus sospechaba que podría ser difícil para Hogwarts clasificar a Harry, no sabía por qué pero Harry era observador, muy observador para su edad. El oso era de color marrón claro, con una cicatriz en forma de rayo en la cabeza de Fury. Una capa negra alrededor de su cuello, era un bonito regalo; la camiseta púrpura tenía HS cosida. -¿HS?-, dijo Severus sorprendido.

-Sí, es su nombre, ¿no?- inquirió Minerva.

-Técnicamente sí, Harry James Severus Potter Prince Snape es el nombre escrito en las cartas de los duendes- dijo Severus, cuando uno era adoptado tomaba el nombre del padre adoptivo, era una práctica tan antigua como las colinas. A pesar de que Severus no había escrito el nombre, por suerte la mayoría de la gente lo prefería como Harry Potter-Snape.

-¿No debería ser Snape-Potter?- preguntó Minerva, sorprendida, a menos que la magia considerara que el nombre Snape le daría más protección que Potter.

-Había sospechado que sería así, pero tú mismo leíste los documentos-, dijo Severus.

-Lo hice-, dijo Minerva y qué sorpresa había sido. -Sabes que el nombre de Prince es mejor que cualquiera de ellos, ¿has considerado cambiar tu nombre?-.

-Preferiría no hacerlo-, dijo Severus secamente, -Y que yo sepa, el apellido Potter lleva más tiempo que el Prince-, era más que nada por despecho, odiaba a los Prince, no por repudiar a su madre, ella se lo había buscado. ¿Quién en su sano juicio dejaría el dinero para casarse con Tobías? No importaba el hecho de que ella se hubiera quedado con él, su vida había sido un largo montón de miseria y al quedarse había permitido que su vida fuera igual. No, ninguno de sus padres había sido lo que él se acercaba a llamar padres naturales. Tampoco creía que tuviera madera para serlo, pero seguro que sería mejor que los Dursley y su madre y su padre juntos.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ