Capítulo 20: Revenge Death Eater Style

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Severus entró en su despacho, tras haber escuchado una lechuza, pudo saber al mirarla que era una lechuza de Gringotts. Cogiendo la carta apenas prestó atención a la lechuza, y la abrió esperando no tener que esperar semanas. Cuanto antes se quitaran las ataduras de la magia de Harry, mejor. Merlín vincular la magia de un niño era lo peor que se le podía hacer a alguien. Al menos en su opinión; Lily se habría enfurecido más allá de las palabras. Podía haber sido "nacida muggle" pero había conocido la magia y todo lo que él sabía a la edad de ocho años.

Sr. Príncipe-Snape

Dada la nefasta naturaleza del contenido escrito en su carta, hemos concertado una cita para mañana a las nueve de la mañana, reservando la habitación para todo el día. Nos complace saber que alguien de la comunidad mágica se está ocupando de Harry Potter-Snape y de sus finanzas, que están muy necesitadas de dirección.

El sanador Griek se encargará de la exploración; si desean que esté presente una Medibruja o un medimago, hágannoslo saber inmediatamente.

Quinti 
Gerente de la finca Potter Gringotts, callejón Diagon


Severus asintió satisfecho, mañana sería un día ajetreado, y menos mal que había decidido ocuparse de Arabella Figg esta noche. Hablando de eso, Lucius debería llegar en cualquier momento, iban a dar las ocho. Harry estaba dormido, se había puesto el mono (el del oso) que le había regalado Minerva, y parecía contento de llevarlo a pesar de sus anteriores reservas. Severus nunca lo admitiría pero se veía adorable con ellos.

-¿Puedo ver a Harry?- preguntó una voz infantil desde el vestíbulo, Severus sonrió satisfecho; no debía sorprenderle que Draco siguiera despierto. Narcissa lo mimaba demasiado, entendía el deseo, quería hacerle eso a Harry sin embargo no quería, no podía hacerlo. Harry tendría todo lo que quisiera, sin embargo estaría castigado, sabría quién mandaba, sabría que debía escucharlo.

-Me temo que no, está durmiendo, al igual que tú, Draco Malfoy-, dijo Severus haciendo su aparición.

-¡Tío Sev!- sonrió Draco con una sonrisa de dientes a su padrino, que ya estaba fuera del alcance de su madre queriendo al hombre.

-Eres un chico pesado- dijo Severus tomando a Draco en sus brazos, mucho más pesado que Harry eso es seguro.

Draco se limitó a soltar una risita a su padrino, abrazándolo y dándole un beso descuidado a Severus, ajeno a su reputación. Fue el hecho de tener a Draco tan cerca lo que le hizo darse cuenta de lo afectado que estaba Harry. El niño que había rescatado era el polo opuesto, esperaba que algún día Harry pudiera ser como Draco: feliz, despreocupado, pero sabía el efecto duradero que el abuso tenía en los niños. Todavía estaba afectado por lo que le había pasado, y no era ni de lejos tan malo como lo que le había pasado a Harry. Le habían pegado algunas veces, le habían puesto ropa que le quedaba grande, pero nada como lo que le había pasado a Harry con los Dursley.

-¿Sigue en la misma habitación Severus?- preguntó Narcissa.

-Lo está, pero no debería despertarse, al menos no lo ha hecho las noches anteriores- explicó Severus.

-¿Por qué no puedo verlo?- preguntó Draco haciendo un puchero infantil.

-Duerme mucho, ha estado enfermo Draco- dijo Severus, explicándolo de la única manera que podía a un niño de cinco años.

-¿Se pondrá bien ahora?- dijo Draco solemnemente.

-Lo estará Severus lo está ayudando- dijo Lucius tranquilizando a su hijo antes de que Severus pudiera hacerlo.

THE VOW AND ITS CONSEQUENCES Where stories live. Discover now