Capítulo 33

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Se quedó observándome en silencio unos segundos desde la entrada. Parecía dudar en si pasar o no, pero, al cabo de unos segundos, sus pies inquietos y diminutos accedieron a la habitación.

No pude evitar sentir un pinchazo en el pecho cuando la puerta dejó de ocultar su cuerpo y su extrema delgadez quedó a la vista. A pesar de que la disimulaba vistiendo ropa ancha, era imposible que su consumido cuerpo pasara desapercibido. Tenía claro que nunca sacaría de mi cabeza la imagen de cuando éramos jóvenes y sus mejillas y abdomen estaban cubiertos por una sana capa de grasa.

Si comparaba a su yo de antes con el de ahora, la diferencia de peso era muy notable. Demasiada.

- Hola- sentí su voz temblar

Tenía miedo. Yo le daba miedo.

No hagas nada estúpido Pensé de inmediato Nada que pueda inquietarle Me advertí

- ¿Qué tal te sientes?- opté por preguntar en voz baja, prefiriendo no levantarme por si eso lo intimidaba- ¿Mejor?

Él asintió en seguida, casi con ánimo, pero a juzgar por sus ojos agachados, no creí que hubiera prestado atención a la pregunta.

- He venido para ver cómo estabas- dijo de pronto, y alzó la mirada, empezando a caminar lentamente hacia mi asiento.

Sus ojos fijos y profundos aproximándose cada vez más me provocaron cosquilleos en las manos. Desvié la mirada y acomodé el nudo de mi corbata sangria.

- Estoy bien, la investigación sigue adelante y empieza a dar sus frutos- oí los pasos retumbantes de Nicholas detenerse frente al escritorio. Atisbé de reojo su figura.

- Yo...- comenzó a decir, esta vez fue él quien rompió el vínculo de nuestras miradas- La verdad es que...

Los rayos de sol que entraban por la ventana iluminaron sus ojos cuando, al cabo de unos segundos, cogió aire y me miró fijamente, con aire decidido.

- La verdad es que he venido para pedirte perdón- al instante, mis cejas se levantaron solas

Fue inevitable no formar una expresión de perplejidad ante semejantes palabras. Realmente me esperaba cualquier tipo de comentario, menos ese. Apreté los labios, no sé cómo lo hacía, pero aquel chico siempre conseguía dispararme un dardo imprevisible cuando menos lo esperaba.

- Nicholas. ¿Dices que has venido...- quise aparentar tranquilidad, pero parecía que me estaba contagiando su nerviosismo por momentos. Creí realmente haber escuchado mal- ...A pedirme perdón?

- Sí. Eso es- afirmó seguro de sí mismo. Se acercó unos pocos pasos más y apoyó ambas manos en el extremo de la mesa- Cuando se llevaron a Daniel, te grité, te golpeé y también te dije cosas muy feas, así que, creo que ahora lo correcto es disculparme contigo- tragó saliva al terminar, expectante

Se veía en sus pupilas dilatadas el deseo por conocer mi respuesta, pero la verdad es que en esos momentos mi mente no estaba presente. Había remontado a aquel día.

"- ¡Por tu culpa! ¡Por tu maldita culpa!- volvió a estrellar el puño contra mi pecho"

"- ¡¿Me oyes?!- recibí otro puñetazo- ¡Se lo han llevado por tu culpa!- y otro, y otro"

"¡Por tu culpa!"

"¡Por tu culpa!"

Por un instante, empecé a sentir el mismo dolor intenso en el pecho que se me extendió aquella vez por todo el cuerpo.

Pero, ¿a quien quería engañar? En el fondo era consciente de que eso me pasaba porque sabía que el secuestro de su hijo había sido culpa mía. Nadie se lo habría llevado si yo hubiera sido capaz de protegerlos mejor, si hubiera sido igual de eficaz y despiadado que estaba siendo ahora, Daniel estaría en los brazos de Nicholas en aquel preciso instante.

Alma Oscura ⇝ (GAY +18)Where stories live. Discover now