Alma Oscura ⇝ (GAY +18)

Capítulo 19

"Ellos querían un monstruo, así que decidí darles uno"

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Noté que algo me agitaba una y otra vez, y empecé a sentirme bastante caliente por el dolor de cabeza que ahora se había vuelto aún peor.

- Ah... hmm...- pestañeé varias veces antes de abrir los ojos y ver a Alonso encima mío, mirándome con cara de preocupación- ¿Cuanto tiempo llevo dormido?- pregunté, frotándome los ojos

- ¿Dormido?- repitió, como si lo que le hubiera dicho le causase indignación- ¡Has estado inconsciente por más de diez minutos, Nicholas! Creí que ya era momento de llamar a una ambulancia

- E-Estoy bien- contesté algo aturdido, quitándole importancia mientras me incorporaba sobre mi codo- Solo ha sido un mareo, llevo teniéndolos todo el día- admití cuando logré sentarme al borde de la cama

Alonso no quitó su expresión de preocupación, pero se levantó y se paró delante mío. Con una mirada fría.

Colocó su mano en mi frente y chasqueó la lengua.

- Tienes fiebre, y mucha. Mañana no creo que debas ir al instituto

Abrí mis ojos aún más de lo que ya los tenía al escucharlo decir eso. Él casi nunca me dejaba faltar.

En esos momentos me habría gustado decirle que tenía razón, que lo mejor era quedarme, y así de paso me ahorraba el tener que madrugar, pero en ese mismo instante una sola palabra se pasó por mi cabeza, haciéndome cambiar de respuesta rápidamente.

"Harry"

- Estoy seguro de que mañana habré mejorado-  murmuré, esbozando una pequeña sonrisa y poniéndome de pie- Además, si no voy a clases no podré preparar bien los exámenes, y reprobar no es que me convenga mucho, la verdad- solté con gracia, a punto de salir de la habitación

Escuché los pasos de mi hermano salir tras los míos.

- No sabía que ahora te importaban tanto tus notas- se apoyó en el marco de la puerta- Que responsable te has vuelto ¿no?- me dirigió con un tono de ironía bastante obvio

- Ya ves- espeté- La madurez llega cuando menos te lo esperas- y empecé a reír

Al bajar al salón, no pude evitar desplomarme en el largo y mullido sofá de frente a la televisión. Sentía que mi cuerpo estaba a punto de desfallecer.

Todo por culpa de esa maldita fiebre...

- ¡Alonso!- chillé lo mas fuerte que pude, sin mover ni un dedo por levántarme

- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Te encuentras mal?!- respondió mientras bajaba las escaleras con un paso más que apresurado

Su cara de preocupación cambió en cuanto me vio tirado en el sofá, suspirando.

- Idiota inútil, ¿por que me gritas sin motivo?- escupió frunciéndome el ceño- ¿Te crees que soy criado de vagos como tú? ¿O qué?

- Relájate, decrépito- contesté somnoliento- Llevo todo el día queriendo preguntarte cómo es que hoy me he despertado en el sofá, y por si eso fuera poco, con un mareo de tres pares de narices

- ¿No te acuerdas de nada?- inquirió, acercándose a la butaca más cercana para sentarse- ¿De ningún detalle?

Parecía sorprendido.

- Bueno... La verdad es que sí. Pero es todo muy confuso ¿sabes?, creo que tengo tanta fiebre que estoy empezando a imaginar cosas raras- solté una risa seca- ¿Te puedes creer que me he visto en una habitación llena de armas y pistolas enormes? ¿Y que yo también tenía una pistola?