Alma Oscura ⇝ (GAY +18)

Capítulo 8

- Madre mía... Todo el colegio ha estado revuelto por tu llegada, las chicas no tienen otro tema de conversación que no seas tú. Y ahora estás aquí, delante mío como si nada- le solté mirándolo con los ojos completamente abiertos

- Bueno, para empezar, te agradecería que no lo dijeses muy alto. Desde que he llegado no he podido caminar tranquilo ni media hora- suspiró

- Pues aprovéchalo, así tienes más oportunidades de hacer amigos, sobretodo si son chicas

No pareció gustarle la idea, ya que hizo una mueca de desagrado.

- Ellas solo andan detrás mío porque soy guapo, nada más. Me he tenido que cambiar de instituto por esa maldita foto mía que subieron a la red social, lo de mi institución ya se estaba saliendo de control

- Entonces... ¿Prefieres que te traten como un simple estudiante más?

Levantó las cejas.

- ¡Que más quisiera yo! Eso de pasear por el patio tranquilamente ya forma parte de mi pasado, ni siquiera puedo abrir mi taquilla sin que me inunden cartas rosas llenas de declaraciones! Y lo peor es que ni me conocen

- Tal como lo cuentas sí se ve molesto

- No te haces una idea- desvío la mirada hacia la entrada- Falta poco hasta que toque la campana, espero poder verte más seguido... este...

- Nicholas

- No pienso olvidarme de tu nombre. Nos vemos- empezó a caminar hacia los servicios después de que lo despidiera con la mano

Que chico tan agradable

✘ ✘ ✘ ✘

No podía concentrarme, los arañazos me escocían y la maldita mordedura de ese perro me ardía.

¿Es que también tiene veneno en la saliva? Mierda

- Nicholas, tienes mala cara- era Marco- ¿Te duele algo?

- No, solo ando algo revuelto- contesté con una falsa sonrisa- Pero estoy bien

- ¿Seguro?

- Sí, nada grave

No insistió más en toda la hora. Cuando tocó el timbre salimos del aula y yo fui directo al baño.
Corriendo. Me quité la camisa delante del espejo y me di la vuelta, dejando mi espalda expuesta.

- Maldita sea, esto duele como mil demonios- me quejé

Pensaba seguir maldiciendo en voz alta, pero al ver mi piel en el reflejo, quedé mudo.

Al rededor de los arañazos había una rojez muy notoria, casi parecía que iban a sangrar. Algunos estaban de un color tirando a morado, otros solo se veían hinchados, pero todos tenían una muy mala pinta.

- Dios...

A pesar de lo grave que parecían los arañazos, no eran nada comparados con el mordisco que tenía al lado derecho de la espalda.

Eso sí que se veía mal.

Estaba de color rojo, azul y morado. La zona más enrojecida era la parte en la que había clavado los dientes, luego la rodeaba un círculo azul, y por último uno morado. No quise ni tocármelo, iría a la enfermería nada más terminase las últimas horas de clase.