CAPITULO 2

8 3 0
                                    

Abrío los ojos al escuchar a alguien golpear la puerta violentamente, se puso de pie cuidando que el menor no se despertará, abrió la puerta sabiendo quienes estaban tras ella.

-¿Y Oliv?- Pregunto Carlo con preocupación.

-Esta dormido- Murmuro.

-Los demás estás esperando en la furgoneta, cargarlo ¿Si? Apenas y me puedo mover por el frío.

Asintío, y cargo al pelinegro como si fuese un bebé, se veía tan indefenso, tanto que por un momento olvidó que llevaba un arma. Subió a la furgoneta y recostó la cabeza del chico sobre sus piernas.

- ¡¿Está bien?!

La chica parecía muy preocupada, pero se calmó al ver al castaño asentir.

-¿Que fue lo que pasó ahí dentro?

-No estoy segura, creo que el dueño se volvió a meter con ellos.

-¿Volvió?... ¿Quienes son "ellos"?

- Reptels, ya no son un secreto.

Frunció el ceño, no tenía ni puta idea de que estaba hablando y eso era mucho sabiendo quien es su padre.

-¿Que es eso?

-La pregunta es quienes, son criaturas humanoides... No son de aquí o bueno, al menos es se cree.

Puro sentir al mejor removiendo mientras extendía sus brazos, se había despertado, pero no le prestó atención.

-¿Humanoides? ¿De que hablas? ¿Por lo menos has visto uno?

La chica se quedó en silencio, puedo notar como su mirada se enfriaba y sus ojos se cristalizaban.

-Hay que irnos rápido, ya se a donde podemos ir- Mascullo evitando responder las preguntas.

Iba a preguntar de nuevo cuando sintió como Oliver estiraba su chamarra, volteo a verlo, este hizo una seña para que no dijera nada para luego incorporarse.

-Por fin te despiertas- Exclamó Sekou.

-Y aún tengo sueño- Respondió con una sonrisa- ¿A dónde vamos?

-A la casa de un viejo amigo, seguro el querrá ayudarnos, además, me lo debe.

-Iara... ¿Te refieres a...?

-Omar, me refiero a Omar- Dijo arisca.

Miro a Carlo y luego a Oliver, ¿Quién era ese tal Omar?

-Shh, te lo digo más tarde- Le susurro con cierta molestia.

-Esta bien.

...

La casa estaba muy lejos aparentemente, ya había pasado dos horas desde que Carlo había cambiado de asiento con Iara, en total tenían a seis horas en la carretera. Todos estaban dormidos menos Oliver, Carlo y el, aunque el italiano estaba por rendirse y el que el pelinegro no dijera nada comenzaba a ponerlo nerviosa.

-No deberíamos...

-Ah, es que -Suspiro- No he aprendido a manejar.

Lo miro con sorpresa, ¿Cómo podía manejar una motocicleta, pero no un auto?

-Por suerte, yo si se. Carlo...-Dijo tocando su hombro repetidas veces.

-Si.

El italiano detuvo el auto bruscamente y cambio de asiento con el moreno, cerro los ojos y se recostó en el hombro de su mejor amigo, aun quedaba un camino que recorrer, cerro sus ojos y cayo en un distorsionado sueño.

FINIS TEMPORUM 1: LES VANDALESWhere stories live. Discover now