CAPITULO 8

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Salió corriendo de casa, se sentía realmente molesto, era increíble como tu propia familia era capaz de destrozarte con sus palabras.

¿Realmente importaba lo que ellos pensaras? En realidad no,  no los necesitaba, después de todo tenia a Alejandro, tal vez el no entendía la situación del todo, pero lo había aceptado tal cual era y con eso le bastaba; Aunque tenia días sin hablar con el después de que este terminara todos los lazos con su familia, le había pedido que lo dejara solo por un tiempo, quería tener la mente fría para cuando huyeran del pais ; Tomo un taxi y llego a la casa del chico, la calle en la que vivía era muy solitaria y silenciosa, apenas y había gente en esa colonia. Toco la puerta varias veces, pero su amigo no abrió ¿Aun estaría dormido? Grito varias veces su nombre, pero este no abrió ... Empujo la puerta hasta que logro entrar, subió las escaleras aun llamándolo hasta que...

Despertó escupiendo agua mientras intentaba calmar su respiración, miro a todas direcciones asustado y en so se encontró con la mirada de Daniel, parecía realmente preocupado y a la vez aliviado. Este suspiro y abrazo al menor.

-Que susto me diste-Murmuro.

El menor tenia los ojos rojos y llorosos, sentía que su corazón se saldría de su pecho.

-Tranquilo, estas a salvo- Dijo mientras cargaba al chico y se dirigía al auto.

-¿Y-y...?

-No tengo ni idea, te encontré fuera del rio, en la orilla... Me alegra que estés bien, creí que habías muerto.

2 horas después...

Llegaron a un hotel pequeño cerca del centro, aun faltaban algunas horas para llegar, pero Daniel no podría soportar el suelo por mas tiempo y no quería causar un accidente, para su gran suerte solo quedaba una habitación y era individual, no quería hacer la situación incomoda así que decidió dormir en suelo aun después de las objeciones del menor.

-No tienes que..

-Shh descansa- Murmuro acomodando su cabeza sobre la incomoda almohada.

-No vas a descansar así- Dijo el menor sentándose en la cama.

-¿Estas seguro?

-Ya súbete o me voy a molestar-Ordeno haciendo un pequeño puchero.

El mayor trago saliva, a veces el pelinegro era realimenté adorable aunque era un caprichoso y algo infantil.

-Esta bien- mascullo evitando la mirada del chico.

Se recostó junto a el y cerro los ojos, no era la mejor habitación en la que había estado, pero no podía quejarse. Miro a su verdugo, el chico que llevaba días atormentándolo con sus chantajes, el chico que se estaba aprovechando de el... ¿Por que no podía odiarlo? ¿Por que era tan malditamente lindo? ¿Y por que estaba pensando en ello?  Bueno... Físicamente no estaba nada mal, su cabello oscuro y desordenado que estaba por cubrir sus ojos, su piel pálida, sus mejillas llenas de pequeñas pecas y sus ojeras rosadas, todo eso lo hacia ver tan...

Se giro hacia el y sonrió.

-¿Por que me miras tanto?- Pregunto somnoliento.

-No te entiendo y a mi tampoco-Susurro.

-Me pasa- Murmuro soltando una leve risita.

El menor se quedo dormido después de decir eso, se veía tan indefenso, parecía un niño pequeño al que había que cuidar.

...

Estaba por volverse loco, no había encontrado a Oliver por ningún lado y se temía lo peor, fue hacia su líder desesperado y le conto lo que había pasado.

FINIS TEMPORUM 1: LES VANDALESWhere stories live. Discover now