septem et cinq

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Los nervios lo estaban consumiendo, tenía sentimientos encontrados, por un lado estaba entrando en pánico por que no estaba pasando nada malo, eso le pasa por juntarse con Jiang, y por el otro se sentía feliz ya que algunos de sus recuerdos apuntaban a ese lugar, aparte no había tenido oportunidad de ir a Monterrey desde la última vez que fue ( cuando tenía unos cuatro años)  sabia que había estado ahí con su madre, tal vez incluso con su padre antes de que este se fuera, no podía evitar preguntarse si su madre vivía ahí, ¿Seguiría con vida tan siquiera? No quería pensar lo contrario , pero tampoco podía no preguntarse si lo que Jiang había dicho   antes de que perdiera la memoria era cierto, ¿Y si lo había vendido? ¿Había sido capas?

- ¿En que tanto piensas, novato?

- Nada, solo... Mi pasado, mi familia- Mascullo desviando la vista.

- ¿Fue muy difícil?- Pregunto mientras hacia una señal para que fueran por la izquierda.

- No recuerdo mucho, solo hay la posibilidad de que- Trago saliva- Olvídalo, concentrémonos en llegar al punto.

Ya tenían media hora caminando, por lo menos ya no se cansaba rápido, se había acostumbrado a eso; El bosque era oscuro, demasiado para su gusto, intentaban iluminar un poco con unas lamparas que tenían en sus cascos, el armamento y los trajes eran pesados por lo cual era difícil caminar rápido para el, los demás no tenían ese problema, eso lo hacia sentir un poco mal, pero no tanto.

- ¿Cuánto falta para llegar?- Pregunto ya agotado.

- Uf, mira-

- ¡Ah! ¡Ayuda, ayúdenme!- Grito alguien a lo lejos.

Oliver iba a darse la vuelta para ir a ayudar, pero Erick lo detuvo y negó con la cabeza.

- Venimos por los recursos, avanza.

- Hay alguien que necesita ayuda- Murmuro.

- Ese no es nuestro problema, obedece, viniste para trabajar - Susurro con cierto enfado.

El chico asintió y bajo la cabeza, cuando comenzaron a mezclarse entre arboles para separarse aprovecho para irse, la idea de dejar a alguien abandonado era imposible para el, sabia lo que era estar solo, frágil, no quería que otras personas se sintieran así.

Llego hasta el lugar de donde venían los gritos , vio a un reptel atravesando con un arma el abdomen de un tipo con ropa desalineada, era un tipo de escopeta extraña, muy  alargada, en el área del cañón tenia un espirar raro y brillante, salía humo de el, parecía estar ardiendo.

Le apunto con su arma y se coloco en la posición que le habían enseñado.

- Déjalo y tira tu arma- Ordeno intentando no tartamudear.

- Tu baja tu arma.

Negó con la cabeza y miro de reojo al sujeto, parecía que en cualquier momento se desmayaría por el dolor. Sentía un poco de dolor por tan solo pensar en lo que el hombre debería estar sintiendo, tenia que disparar.

- Esta bien, bajare mi-

Disparo, una, otra y otra vez. El alíen cayo al suelo y tuvo que reprimir un grito de victoria.

- idiota- Murmuro.

Corrió hasta el hombro y lo recargo en su rodilla.

- Tranquilo, tranquilo, tenemos médicos con nosotros-

- ¡Oliver!

Maldijo por dentro.

- Lo salve, lo salve, necesita ayuda-

FINIS TEMPORUM 1: LES VANDALESWhere stories live. Discover now