Capítulo 11

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Luego de un frustrado largo día de trabajo los hermanos López volvieron a su casa para descansar, y mientras esperaban a sus padres para cenar se sentaron a conversar en la habitación de la latina.

—No puede ser que cueste tanto tener algo sólido contra un idiota— dijo Noah sentándose en el sillón.

—No lo sé hermano— dijo Santana entrando a la habitación con dos cervezas sentándose a su lado— Si nos cuesta tanto por algo es, quizás no es tan idiota.

—Si, por su padre— chasqueo la lengua— Necesito vacaciones.

—Y yo ni te cuento— negó con la cabeza— En cuanto terminemos el caso Evans le voy a pedir a Will vacaciones para el equipo, después de todo venimos de otro caso complicado— se encogió de hombros— Podemos hacer unas vacaciones de hermanos ¿Qué tal españa?

—¿España?— preguntó riendo.

—Solo decía— contestó de la misma forma.

—Acepto las vacaciones de hermanos— chocaron sus botellas— ¿Nuestros padres habrán tenido una urgencia?— dijo mirando su reloj.

—Ojalá que no— suspiró— Necesito comida para seguir funcionando. A veces extraño mi departamento, comía a cualquier hora.

—Y yo el mío. ¿Quién en su sano juicio es dueño de un departamento a los veintiséis pero sigue viviendo con sus padres?— preguntó riendo.

—Nadie, por eso no estamos en nuestro sano juicio— ambos rieron.

—¡Hijos llegamos!— gritó Maribel.

—¡Por fin!— exclamó Santana levantándose del sillon y estirandole una mano a su hermano para que haga lo mismo.

—¡Y trajimos compañía!— agregó su padre— ¡Vengan al salón!— al escuchar eso su hermano se asomó por la puerta y miró hacia abajo de las escaleras.

—Que no sea quien pienso— murmuró la latina.

—Oh hermanita es peor— rió— No es solo tu ex— miró embobado hacia abajo, gesto que no pasó desaparecido para Santana al darse cuenta que miraba a Brittany— Es su padre— suspiró— Y nuestra hermana.

—Dios mio— se quejó— No solo hace días que las tenemos que aguantar en nuestro equipo sino que ahora vienen a casa a molestar.

—¿Queda mal si nos vamos a comer a otro lado no?— dijo riendo.

—¡Hijos bajen!— gritó Maribel.

—Siempre podemos decir que tenemos que ir a comer a lo de Fabray— se encogió de hombros riendo mientras salían de la habitación.

—Pero no nos creerían.

—Nop, no lo harían.

Los hermanos bajaron por las escaleras y se dirigieron hasta el salón dónde estaban todos sentados en los sillones riendo esperando para cenar.

—Hasta que los hermanitos se dignan a bajar— dijo Emily sarcástica— Podrían haber tenido la charla de hermanos después, y no dejarnos esperar acá.

—Hola Fields— dijo Santana fríamente— Ya te gustaría estar en nuestras charlas de hermanos.

—Déjala Tana, no vale la pena— agregó su hermano— Señor Pierce, tanto tiempo— sonrió.

—¡Noah querido!— se abrazaron— ¿Y vos no me saludas?

—Hola señor Pierce— sonrió la latina.

—Nada de señor Pierce Santana, para vos siempre voy a ser Roberto— se acercó a abrazarla. La latina al principio se tensó pero luego correspondió el abrazo— No puedo creer lo grandes que están.

—Es un gusto verlo— asintió Santana— Hola Brittany— saludó a la rubia— ¿Mamá, papá, podemos hablar?— señaló la cocina y sus padres la siguieron.

—Lo siento Santana— habló su madre— Roberto te quería ver y...

—Basta mamá, entiendo lo de él ¿Pero Brittany? sabiendo lo que sufrí por ella ¿La invitan a cenar? Sabiendo que está comprometida ¿No pensaron que el hecho de verla me haría mal?— preguntó incrédula— ¿O a Emily? quién...

—¿Quién que?— preguntó el padre— Santana algún día nos tienen que contar que pasó.

—Es clasificado papá— suspiró— Disculpenme, pero no puedo estar acá, no puedo sentarme en esa mesa con ellas dos.

—Está bien— suspiró su madre— Tenes razón con lo de Britt... es que estábamos en el hospital y ella fue a buscar a su padre para cenar al igual que Emily con nosotros.

—¿No pudieron ir a un restaurante?— preguntó.

—No pensábamos que reaccionarias así... Emily nos contó que están trabajando de nuevo juntas, y pensamos que...

—¿Qué papá? ¿Que nos llevábamos bien de nuevo?— preguntó sarcástica y luego suspiró— Es por eso que reacciono así, estoy obligada a aguantarla en el trabajo, no quiero tener que hacerlo en mi propia casa.

—Lo siento— dijo su padre.

—Yo también papá, yo también lo siento— negó con la cabeza— Pero no pienso comer acá— salió de la cocina y se dirigió al salón— Roberto espero que me disculpe, pero tengo que irme— agarró su abrigo— Que tenga buenas noches.

—Santana hija ¿Pasó algo malo?— preguntó el hombre preocupado.

—Nada señor Pierce— dijo con una sonrisa luego de mirar a Brittany— Solo necesito algo de tiempo para digerir algunas cosas... pero prometo pasar en la semana por el hospital.

—Cuándo lo hagas no olvides de saludar a Elaine— agregó Britt bajo la atenta mirada de todos.

—Tranquila— agregó con una sonrisa arrogante— No hace falta que me lo recuerdes. Vos no te olvides de saludar a tu prometido— miró a Roberto— Que tenga una buena velada señor Pierce.

Luego de decir eso, salió de su casa y se dirigió a su auto. Manejó por toda la ciudad pensando que comer y se terminó decidiendo por una pizza, asi que fue comprarla y la llevo para comer a su departamento. Al terminar de cenar la latina fue directo a la cama para olvidar el horrible día que había tenido.

Al día siguiente se levantó e hizo su rutina matutina para luego ir a desayunar a una cafetería. Todo lo pasado en la noche anterior seguía en su cabeza, sabía que no había estado bien en irse y no quedarse a cenar junto al señor Pierce, pero ella se sentía realmente mal aunque no quisiera admitirlo. Volvió a ver a su ex luego de muchísimos años, la cual se fue a vivir a otro país sin mirar atrás, pero también es la mujer que la marcó y amó desde siempre.
También estaba el tema de su hermana, y es que no es que Santana no la quisiera, es que sigue muy dolida con lo sucedido.
Hace unos años el FBI y la CIA trabajaron en conjunto en un caso de trata en rusia, todo iba bien, tenían gente infiltrada y sabían donde tenían secuestradas a las mujeres, hasta que alguien del equipo reveló todas las tapaderas a alguien de la mafia rusa y no solo cambiaron de lugar a todas las chicas, sino que también mataron a la mayoria de los agentes que estaban infiltrados y muy pocos pudieron escapar, entre ellos, Noah. Santana en un intento desesperado de rescatar a esas mujeres secuestró a uno de los capos de la mafia y lo torturó hasta que hablara. El confesó donde se encontraban y también confesó el nombre de la agente que les reveló todo, Emily Fields, quien había vuelto a los Estados Unidos después de sabotear la misión.
Luego de que liberaran a las chicas la latina volvió al país sintiéndose enojada, traicionada y decepcionada así que fue a buscarla. Lo primero que hizo fue apuntarla con su arma, decirle que sabía lo que había hecho y que Noah estuvo a punto de morir. Emily empezó a lamentarse diciéndole que no tuvo opción y que no podía contarle los motivos por ser clasificado, pero juró que no sabía que Noah era uno de los infiltrados. Santana estuvo a un segundo de dispararle si no hubiera sido porque Quinn llegó a donde se encontraban. Luego de eso, la relación de los tres hermanos se rompió, y Santana por lo hecho en rusia estuvo varios meses con pesadillas y terapia por el cargo de consciencia que sentía, porque si bien ese hombre se merecía lo peor del mundo, ella solamente era una agente novata, quien había perdido por algunas horas su humanidad.

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pobre san😔

que les parecieron los capítulos besties?!

que tengan un lindo lunes!

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