Capitulo 32

453 34 20
                                    

Las brittana fueron a comer a un restaurante, era la primera vez desde que se habían vuelto a reencontrar que caminaban tomadas de la mano y se daban muestras de afectos en público sin importar nada, porque como dijo Santana el día anterior, son novias.
Al llegar hicieron su orden y aunque a Santana no le convencía mucho, pidieron comida china, la cual es la favorita de Britt.
Pasaron toda la cena riendo tratando de olvidar los problemas que tuvieron, tienen y probablemente tengan, pero como todo en la vida no se puede ignorar, Santana sacó el tema más importante a relucir.

—Britt, mañana quiero que vayamos al médico, te tiene que ver una obstetra— dijo tomándole la mano por encima de la mesa— Además necesitas saber bien tus opciones, y que te vea una te puede ayudar. Hudson está casado y Alic... su pareja es médica gineco-obstetra en la mejor clínica especializada en eso en Nueva York, mañana puedo llamarlo.

—¿El también es médico no? ¿Y cómo sabes lo de su esposa?

—Si, pero es ortopedista. Y sé porque sigo en contacto bastante seguido con el.

—Está bien, voy mañana— suspiró— Pero no hace falta que vengas conmigo, San. Se que puede ser tedio...

—Ya te dije que voy a estar pegada a vos, y que te voy a acompañar— sonrió— ¿No le queres contar a nadie? No sé, quizás a Hanna.

—Hasta no saber qué hacer prefiero que no, no quiero que me estén encima o se preocupen.

—Es tu hermana y te operaron luego que te desmayaste ¿Te pensas que no está preocupada?

—Lo se, pero no estoy lista para contar nada y ella me va a preguntar que voy a querer hacer y sinceramente no tengo idea.

—Está bien, preciosa— sonrió.

—¿Donde estuviste ayer?— preguntó en un susurro— No me malinterpretes— dijo ante la cara de confusión de Santana— No es de celosa...

—No pensaba en eso, pensaba en que cómo supiste que no estaba en casa— dijo curiosa.

—Te llamé al rato que te fuiste, te extrañaba y estuve mal en echarte... fui a tu departamento y tampoco estabas.

—Lo siento por no atenderte, me quedé sin batería, estaba en lo de Quinn— revoleo los ojos mientras reía— No solo la vi hoy, dormí en su casa.

—¿Le contaste algo o...?

—También lo siento, necesitaba desahogarme, no iba a contarle nada pero luego escuché un bebé llorar y pensé que me lo estaba imaginando— ladeó la sonrisa— Y no fue así, era la bebé de Alison que Q estaba cuidando.

—¿Tuvo un hijo?

—Hija, se llama Olivia— sonrió y acto seguido su teléfono sonó, el nombre en la pantalla la hizo fruncir el ceño.

—¿Todo bien?— preguntó preocupada.

—Si, si, es Figgins— contestó— No se por qué me llama a esta hora.

—¿Y el o ella es....?

—Si, lo siento— rió nerviosa— Es uno de los directivos más altos del FBI en el país— su teléfono volvió a sonar.

—Atende, San. Yo mientras voy al baño.

—¿Segura? sé que no te gusta que esté con cosas del trabajo en mi estado.

—No me gusta, pero si te llama a esta hora por algo es— sonrió— Ahora vuelvo— la latina asintió y la rubia se fue.

López.

—Hola López ¿Cómo anda? me enteré de su accidente. Soy Figgins

—Lo se, tengo su número señor. Estoy bien, recuperándome de apoco ¿Usted cómo está?

Amor de AgentesWhere stories live. Discover now