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"Me encontré a Julián hace algunos días y me invitó a la celebración de su compromiso." dijo Adrián sentándose en el sofá frente a su hijo con un gran bowl de palomitas. "¿Por qué no me dijiste que se iba a casar?"

"Me enteré hoy. Al parecer será en seis meses." dijo Louis sin dejar de comer de un gran bote de helado. "Mañana iré a la fiesta de compromiso de uno de nuestros socios así que creo que tendré que asistir a varias bodas en estos meses."

"Creí que el estaba enamorado de ti." dijo Adrián metiendo un puñado de palomitas a su boca. "Te juro que me sorprendió tanto que deje caer mi hamburguesa. Obviamente se la tuve que cobrar."

"Él habló conmigo ayer, me explicó todo. Así que como buen amigo que soy iré a apoyarlo en el momento más importante de su vida." el omega metió otra cucharada de helado de vainilla a su boca gimiendo por el sabor. "Papá, ¿me compartes de tus palomitas?"

Adrián frunció el ceño ya que su hijo agarró su bowl de palomitas y empezó a comer sin deshacerse del helado.

"¿No crees que te hará daño comer todo eso?" preguntó Adrián después de ver que su hijo terminaba de comerse todo el helado y seguía con las palomitas.

"¿Está mal que coma mucho?" preguntó Louis sin dejar de comer. "Porque puedo dejar de hacerlo pero no quiero. Estás palomitas están deliciosas. ¿Puedes hacerme más por favor?"

Adrián frunció el ceño pero asintió.

Su hijo agarró el control de la televisión y empezó a ver una serie sin dejar de comer las palomitas.

El alfa le hizo más palomitas y se sentó a su lado cuando terminó para ver la serie junto a él.

Aunque no espero a que su hijo se levantara con brusquedad y corriera al baño más cercano. Se levantó luciendo preocupado y le siguió solo para ver la puerta cerrada.

"Louis, ¿Estás bien?" preguntó Adrián golpeando la puerta con suaves toques.

"¡Estoy bien! ¡No te preocupes!"

El alfa se quedó afuera del baño hasta que su hijo salió después de cepillarse los dientes. El omega estaba algo pálido.

"Te dije que te haría daño comer tanto. Ven, te haré un té para que te sientas mejor." Adrián agarró el brazo de su hijo y lo guió hasta la cocina en donde lo sentó en una silla. "Oye, escuché que Harry está en Italia por asuntos de la empresa."

El omega no mostró ninguna reacción.

"En todos los años que Harry ha estado trabajando con nosotros en ningún momento aceptó salir de Londres, ni siquiera a las ciudades cerca pero ahora decidió hacerlo tan de repente e irse a otro país." dijo Adrián mirando a su hijo. "¿No se te hace extraño?"

"¿A ti si?" preguntó Louis jugando con sus manos.

"Al principio pensé que quizá estaba enfermo. Ha estado visitando muchos lugares y se le veía muy cansado. También le he visto muy triste." Adrián frunció el ceño ya que recordó cuando se encontró a Harry hace algunos días en el centro comercial. "También le vi comprando muchas cosas de bebé."

El omega alzó la mirada cuando escuchó aquello.

"¿Cosas de bebé?" preguntó Louis con curiosidad.

"Si. Eran muchas cosas. Él me dijo que son cosas que ocuparía alguien muy importante para él." el alfa se dió la vuelta para poner a calentar agua. "¿Tú no sabes nada de eso?"

"No." mintió el omega con rapidez. "Si le he visto algo triste pero no se porqué."

"Espero que él esté bien." dijo Adrián mirando a su hijo. "Sé que él te importa mucho."

Louis solo asintió. Su mente le recordó al escenario de hace dos días en la cafetería en donde Harry había empezado una conversación sumamente triste a tal punto en el que le hizo llorar.

Ahora que su padre le decía que había visto a Harry tan triste le hacía pensar en las posibilidades en qué pudiera perderlo.

Harry no estaba enfermo, ¿verdad?











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