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JungKook era una persona con problemas.

Tenía mucho que hacer, muchos conflictos del pasado, nada demasiado grave pero su vida no había estado bien desde siempre.

Esa era una de las razones por las cuales eligió vivir lejos.

Cuando sus padres le dijeron que para su cumpleaños de mayoría de edad le regalarían alguna sucursal de "Jeon's Spare Parts", no dudó ni un segundo en elegir la más lejana a casa y salir de ahí.

Le dolió el hecho de dejar a su madre, pero amaba más el poder dejar de mirarle le cara a su padre.
El matrimonio Jeon era un buen matrimonio después de todo, sin peleas, sin dramas, con bastante dinero para ambos y parecía que lo llevaban bastante bien. Eso era lo que JungKook había notado desde siempre.

En su adolescencia e inclusive después había sufrido por amores horribles, siempre había sido una persona bastante centrada, nunca había tenido relaciones tan formales pero cuando las intentaba era fiel y amoroso.

En el colegio había sido muy popular, su atractivo físico y su manera de provocar interés tenía locas a muchas chicas y a muchos chicos también.

Era alguien que disfrutaba de fiestas, una buena cerveza y un buen cigarrillo.

También disfrutaba de buen sexo con gente desconocida, aunque había dejado de hacerlo por un tiempo cuando esa relación formal llegó a su vida.

Pero volvió a retomarlo cuando despechado por aquello siguió su adicción a los lugares públicos llenos de sustancias ilegales y de gente peligrosa.

Se consideraba alguien algo frío, pero sabía que en el fondo todo era distinto, y sólo la persona indicada sabría remover las capas que cubrían su noble corazón, su corazón que había sido dañado.

También tenía un secreto, aunque no lo consideraba tan secreto puesto que mucha gente lo conocía por ello, pero no planeaba decírselo a Yoongi ahora que lo tenía en su vida, que aunque no era nada formal y a penas le había pedido que le dejara conquistarlo sabía que quería al pequeño lo más alejado de su mundo de adicciones y malos tratos.

No consideraba que era un mundo tan malo, de cualquier modo había conocido a muchos de sus actuales amigos de esa manera y su mejor amiga también se había encargado de cuidarlo cuando era un niño asustadizo la primera vez que lo llevó al lugar.

Después de todo el mundo de las carreras ilegales de motocicletas no eran lugar para alguien tan puro como Yoongi.

Y esa era una de las razones por las que se debatió por tanto tiempo el dejarle entrar a su vida o no.

Desde el primer momento en el que miró a ese pequeño con su lindo overol, ese suéter lila, esos zapatitos de charol y su lindo cabello rubio y alborotado sabía que lo quería para él.
Y se consideró egoísta al pensar en alguien más teniéndolo.

Pero después se había imaginado a Yoongi acompañándolo a una de sus carreras ilegales donde mucha gente estaba completamente drogada, ebria y algunos llevaban armas.
Se lo imaginó con esos ojitos asustados, esos puñitos apretando su chaqueta de cuero y gente asquerosa queriendo tocarlo.
Por que eso era lo que pasaba cuando personas como Yoongi llegaban al lugar.

Inclusive muchos ni siquiera salían de ahí.

No quería eso para aquel hermoso ser.

Pero aunque intentó con todas sus fuerzas eliminar su número no podía.
El tan sólo recordarlo le causaba ganas de llorar, por que sabía que poco a poco iría jodiéndolo.

. . .

La primera vez que se planteó el realmente poder intentar algo con él fue cuando después de esa conversación con Moonbyul en la que le hizo entrar en razón llegó ebrio a su departamento y pensó en el pequeño rubio el resto de la noche.

𝑫𝑬𝑳𝑰𝑪𝑨𝑻𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Where stories live. Discover now