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JungKook aparcó frente al jardín y tomó de la mano al menor para caminar hasta la entrada del hogar Min.
Llegaron frente a la puerta después de haber salido a comer y a ver una película, JungKook abrazó la pequeña cintura del menor acercándolo y dándole un beso en la punta de su naricita.

-Tengo que irme mi amor -comentó, no tenía mucho que hacer ciertamente, se había tomado el día libre pero quería pasar al taller por unas piezas

-No te vayas -rogó abrazándole y hundiendo su rostro en su pecho restregando su nariz y absorbiendo el exquisito aroma que siempre desprendía

-Bebé-

-No quiero estar solito

-¿No hay nadie? -preguntó recibiendo una negación -¿Por qué no me lo dijiste pequeño?

-No quería interrumpir nuestra cita -habló con un puchero y jugando con sus manos -¿Quieres pasar? No tardarán mucho en llegar sólo fueron a hacer unas compras y Geumjae está con su novia

JungKook se pasó la mano con el cabello que tenía amarrado en la nuca y asintió esperando que sus padres llegaran pronto o podrían malinterpretar las cosas.

Varios minutos después se encontraba siendo jalando escaleras arriba por la mano de Yoongi quien lo sujetaba mientras subía hacia su habitación. JungKook no podía evitar sentirse algo mal, como si estuviera haciendo algo malo y usualmente le daba lo mismo pero ahora con Yoongi y la casa sola sentía que en cualquier momento su padre llegaría y lo sacaría a patadas.

Caminaron por un pasillo hasta encontrarse con una linda puerta blanca con manijas doradas y una linda "Y" azul cielo a la altura de su rostro. Yoongi abrió la puerta dejándolo pasar y por un momento se sintió observado por miles de ojos.

La habitación de Yoongi era la definición perfecta de "Yoongi".

Las paredes eran blancas a excepción de la pared del medio justo frente a sus ojos donde se posaba la cama y dos mesitas de noche a cada lado, esa era del mismo tono de azul que la letra de afuera. El suelo era blanco y alfombrado, el resto de las paredes estaban adornadas con posters, todos los muebles eran blancos, el escritorio, el tocador y esos dos libreros llenos de todas las sagas famosas que JungKook sólo había visto en películas o series. La cama también lucía adorable, tenía cuatro maderas talladas a cada lado que sostenían las cortinas de esa tela transparente que estaba amarrada y lucía delicada y fina.

Al otro lado en la pared que había a un lado de la puerta había dos mesitas cada una con una máquina de coser, una convencional como las que JungKook había visto porque era como la que tenía su madre y había otra con más hilos que no comprendió para qué funcionaba, también había algo que parecía un gato de esos con los que levantabas los autos pero asumió que era algo más porque sería muy extraño que Yoongi tuviera uno de esos en su habitación. Alrededor de éste había pedacitos de metal como los que tenían las chaquetas de cuero o mezclilla. Asumió que se ponían con eso.

Y claro que no pudo pasar por alto todos esos muñecos de peluche que se exponían por todo el lugar. Recordaba haberlos visto en una juguetería o una caricatura una vez pero jamás tan de cerca y tantos. Y justo en medio de todos estaba aquel conejo rosa que había ganado para Yoongi. Por un momento tuvo miedo de ensuciar algo, lo bueno que se había quitado los zapatos en la entrada del hogar.

Yoongi caminó hasta su closet que era una de las dos puertas que había en la habitación, supuso que la otra era el baño y dejó su esponjosa chamarra lila ahí para después subirse a la cama y mirar al mayor que no se había movido.

-Ven Guckie -palmeó junto a él y JungKook obedeció llegando hasta sentarse

-Wow tienes... muchos muñecos de peluche -comentó mirando la sonrisa del menor

𝑫𝑬𝑳𝑰𝑪𝑨𝑻𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Where stories live. Discover now