𝑫𝑬𝑳𝑰𝑪𝑨𝑻𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒

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"Mañana no podré recogerte de la escuela bebé"

"Tengo unos asuntos que atender en el taller"

"Te llamaré ¿sí?"

El simple hecho de recordar hacía que doliera un poco más.

Aquella noche Jungkook había dicho a Yoongi aquellas palabras, prometiéndole verlo al día siguiente y pasar una tarde juntos.
Pues ese "día sin poder verse" se había convertido en una semana.

Una semana sin JungKook... no estaba siendo fácil para el pequeño rubio ciertamente, sin su novio, sin el hombre de cabellos negros y ondulados que le hacía sentir tantas mariposas en el estómago con el simple hecho de mirarlo.
Que sonreía y el corazoncito del rubio saltaba, que gustaba de pasear el aro de su labio por su pálido rostro para escuchar sus risas.

Quizás no era tan grave y Yoongi sólo estaba sobre pensando todo, como solía hacerlo. Pero no podían culparlo, se había acostumbrado tanto a JungKook que el hecho de no verlo o de no recibir un simple mensaje de su parte lo tenía triste y desganado todos los días.

El hecho de despertar con la esperanza de un mensaje de buenos días y que no hubiera nada en su buzón le mandaba una oleada de decepción.

¿Había algo mal con él? ¿Era por su falta de experiencia con los besos? ¿A JungKook no le gustaba como besaba? ¿Cómo vestía?

Seguramente había sido eso, quizás en esa noche JungKook había ido con sus amigos motociclistas dentro de la casa blanca y éstos le habían dicho que no debería estar con Yoongi. Así que JungKook no había encontrado mejor solución de escape más que decirle que no lo recogería de la escuela al día siguiente y por eso había sido olvidado.

Pero le había dejado su chaqueta, eso alimentaba la esperanza del menor, aunque después pensó de nuevo.

¿Y si era algo que siempre hacía?

Dejarle su chaqueta a los corazones que iba rompiendo a diestra y siniestra.

JungKook no escaseaba en dinero, era dueño del taller de cualquier modo y era de los talleres más conocidos en el estado, podría comprarse todas las chaquetas que quisiera sin sufrir por ellas.

Yoongi se golpeaba mentalmente una y otra vez.

Estaba sobre pensando demasiado.

. . .

Una semana antes...

El motor de la motocicleta rugió cuando después de la pronunciada curva tuvo que acelerar de nuevo.

La carrera en la que se encontraba había comenzado hace unos minutos y a penas pudo llegar a tiempo para posicionarse rápidamente en uno de los lugares disponibles entre otros dos conductores y mirar cómo la chica se quitaba el paleacate de la cabeza para agitarlo indicando el inicio de la carrera.

Al instante se había escuchado el rechinido de las llantas contra el pavimento de la desolada y clandestina avenida que solía llenarse de personas dispuestas a todo para ganar reconocimiento entre los demás.

Cerca de cuatro clubes de motociclistas de la zona se arremolinaban en el lugar en la madrugada para festejar, pelear o simplemente pasar el rato entre bebidas y sustancias ilegales.

JungKook se inclinó un poco más sobre los controles de su preciada motocicleta Superbike blanca, a penas había podido llegar a su apartamento y cambiar de moto rápidamente para partir hacia el lugar de encuentro.

Aceleró de nuevo mirando a JB y Hyolyn haciéndole señas con alegría de que una vez más iba a ganar la carrera. Justo como sucedió.

Escuchó gritos de felicitación mientras se quitaba el casco y recibía palmadas en la espalda al mismo tiempo que chorros de cerveza le caían de todas partes, no como para empaparlo pero si lo suficiente como para humedecer un poco su cabello.