Capítulo 36

3.5K 211 22
                                    

Unas caricias suaves me recorrían el brazo.

-No, cinco minutos más.

-Llegaremos tarde, nos están esperando.

-Que sigan esperando. – Me aferré a su pecho.

-Señora Acker, ¿Esta segura que quiere hacer esperar el día que he organizado?

-Si no me harás el amor, no me importa lo demás.

James rio.

-¿Pero que ha dicho usted? ¿Acaso he creado un monstro?

-Se supone que es nuestra luna de miel y hemos dormido – Lo miré a la cara.

-Te prometí que después de nuestra boda religiosa no saldríamos de la habitación por semanas. ¿Alguna vez he fallado a mi promesa?

-No, pero.... También quería que ayer nuestros cuerpos conectaran.

-Conectamos cariño, todas las noches conectamos. – me besó la frente.

-No me refería a dormir y lo sabes.

Volvió a reír.

-Si mi abuela llegara a escucharte que ruegas por una porción de amor en la cama aseguraría que no soy un semental en la cama y me lo reprocharía en la cama.

-Bueno, pues le diría que esta en lo incorrecto, que eres un autentico dios en la cama y en cualquier lugar.

-¿Segura qué harías eso?

-No. – sonreí apenada.

-Lo suponía aun no eres tan valiente para hablar de tu sexualidad con otros y eso me gusta, solo conmigo debes compartir todo. Nuestra sexualidad nos corresponde solo a los dos.

-Me gusta la idea de pensar que de ahora en adelante así despertaremos para siempre. Antes lo hacíamos, pero debíamos de escondernos o mentir sobre lo nuestro, en cambio ahora somos esposos – Miré mi dedo anular izquierdo – Y no puedo estar más contenta por ello.

-Yo también estoy feliz de tenerte ya solo para mí, el resto me importa muy poco. – Me dio un casto beso. – Ahora que por fin te tengo despierta creo que es hora de ducharnos.

Se separó de poco en poco y se levanto de la cama para dirigirse al baño de la habitación.

-¿No nos ducharemos juntos?

-No creo poder contenerme.

-¿Estas bromeando cierto?

-Señora Acker creo que ya debería saber que yo nunca bromeo.

-No te conozco. – Lo mire entrecerrando los ojos.

-Lo dudo. – Se deslizó el pijama y la ropa interior.

Cabrón, estaba tentando al diablo y el lo sabia perfectamente. Con su cuerpo escultural ingreso al baño y escuche la ducha caer. Me quede otro rato en la cama y mire al techo aun sin creerme todo lo que nos estaba sucediendo.

Minutos después salió del baño y ahora era mi turno, hice lo mismo que él y me acerqué para darle un beso mis pezones rozaron su torso desnudo con gotas de agua y se endurecieron ante su contacto. Él inhalo fuertemente.

-Deberías apresurarte, estamos justo a tiempo.

-Por si no lo sabias te casaste con la mujer más impuntual. – Le rocé los labios.

-No juegues así.

-¿Así como? – Me tomó de la cintura.

-Tenemos poco tiempo. – Dijo tajante.

Reglas del juego.Where stories live. Discover now