Capitulo 44

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Ambos terminamos y James debía partir a la empresa para verificar algunos contratos con su hermano, ya iba tarde para su primera reunión, así que me besó como si no quisiese separarse y me prometió que me llamaría a la hora de la comida para saber si nos reuniríamos. Lo despedí con la mano y comencé a atender mis asuntos pendientes. 

Llame a la ama de llaves.

-Ahora sí puedo escuchar los recados que hay para hoy.

-La señorita Leticia preguntó si desea que verifiquen la agenda en casa o irá al palacio.

-¿Puedes avisarle que voy para allá?

-¿Desea ir en auto o en el helicóptero?

-¿Ya está aquí? Pensé que tardaría mi abuela en dejarlo a mi disposición.

-Llegó desde ayer con la orden de estar dispuesto en cualquier momento bajo sus órdenes.

-¿Qué medio de transporte es el más rápido?

-Auto una hora y media. Helicóptero media hora.

-¡Vaya! Sí que es mucha diferencia. Pero prefiero hacer uso del auto por esta ocasión. Así tengo tiempo de admirar lo que nos rodea. ¿Podrías avisar al chofer?

-Enseguida señora.

-Gracias. – Sonreí y fui en busca de mi bolso.

Subí al auto y este se puso en marcha a la capital de Italia. Una hora y media parecía ser mucho, amaba nuestra paz, nuestros alrededores verdes, pero no estaba dispuesta a hacer este largo camino diario, ya que tenía en mente que James y yo pudiésemos compartir nuestras comidas juntos. Como lo hacían mis padres.

Llegamos y caminé directamente a una habitación distinta a mi habitual oficina.

-Eva no te esperaba. – Mi abuela dejó sus papeles sobre la mesa y me recibió con los brazos abiertos.

La abracé e hice la reverencia.

-He decidido pasar antes de involucrarme en todos los asuntos de la corona.

-Te notas distinta, tus padres dijeron que te sienta bien estar casada y no lo negaré. ¿Cómo ha sido todo?

-Gracias por la privacidad. – Fue lo primero en decir. – Sé que sin tu orden no hubiese sido posible que no estuviéramos en el ojo público.

-Lo hice porque lo mereces, me porté de manera inapropiada al inicio de tu compromiso y tenía que compensarlo de alguna manera.

-No debías abuela, no te tengo rencor. Sé que lo hacías pensando en que James no era apropiado y te preocupaba la corona. Comprendo la responsabilidad que tienes en los hombros.

-Agradezco que comprendas la magnitud de poder que poseo, pero debí comprenderte y ahora que estas felizmente casada no puedo sentirme menos culpable de haber querido en que ambos fueran infelices separándolos.

-Eso quedó en el pasado abuela. – Sonreí y le tomé las manos. – Sé que ahora estamos bien y me alegro de que hayas aceptado a James como un miembro más. Y estoy más que agradecida en que le dieras un titulo que posiblemente nunca ocupe.

-Tú también lo llevas y decidí en otorgárselo porque en un futuro harán su propia familia.

-Lo sé abuela.

-Ayer escuché que se tomaron su último día de luna de miel.

-Así es, pero hoy ambos hemos asumido que debemos volver al trabajo.

-¿Han descansado lo suficiente? Si no, podemos disminuir tu jornada laboral a cuatro u ocho horas.

-¿Esto es otro obsequio de bodas?

Reglas del juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora