Capitulo 40

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-Buenos días esposa mía.

-Buenos días esposo. – Sonreí

Me besó en los labios.

-¿Lista para irnos?

-Apenas he podido dormir, ¿Me dirás a donde vamos?

-Es una sorpresa, estoy seguro de que te encantará.

-Me encantará ir a donde sea, siempre que sea contigo.

-Me alegra oír eso.

Entrelazó nuestras manos y caminamos hacia las escaleras. Hoy comenzaba nuestra luna de miel, por fin estaríamos a solas sin interrupciones, personal que estuviera vigilando y mucho menos ordenes que debíamos obedecer. Caminamos por el jardín donde se llevó el espectáculo de aquella noche, pues un helicóptero nos esperaba para llevarnos al aeropuerto, aquello era una salida extravagante para dar el toque final al pastel.

-Te tengo que enseñar el palacio cuando regresemos.

-No hace falta, con conocer el camino a tu dormitorio me es suficiente.

Una multitud que se encontraba a las afueras del castillo se percató de nuestra presencia y comenzaron a saludarnos, de lejos les regresamos el saludo. Nuestro tiempo a solas había iniciado.

-¿Puedo saber....?

-No, deberás aguantar un poco más.

Al llegar al aeropuerto, caminamos unos metros más para subir al avión, al pie de las escaleras sin previo aviso James me levantó en brazos y subió los escalones sin dificultad. Reí en su demostración tradicional de pasar nuestra primera puerta en sus brazos en señal de buena suerte.

Tomamos nuestro lugar, uno al lado del otro y el avión comenzó a elevarse. En ningún momento durante nuestro corto trayecto nos soltamos las manos entrelazadas. Unas horas después nos encontrábamos en el aeropuerto, aquel había sido u viaje tan cortó que pensé que no habíamos salido de Italia.

-¿Puedes decirme donde estamos? ¿No seguimos en Italia verdad?

-No cariño, estamos en Grecia.

-¿Qué? – dije con felicidad. - ¿Nos quedaremos aquí toda esta temporada?

-Por el momento no puedo decir nuestra parada final. ¿Vamos?

Me dio la mano para salir del avión, dimos las gracias al piloto y a la azafata que nos acompañó. A los pies de la escalera nos esperaba la seguridad y las camionetas blindadas, aunque hubiésemos pedido libertad en nuestra luna de miel, no podría ser posible, la seguridad siempre estaba al frente de todo.

Las camionetas se dirigieron hacia las afueras de la ciudad, llegamos a las orillas del mar donde los barcos pequeños de lujo estaban varados.

-¿Lo pasaremos en uno dentro de esos? – Pregunté incrédula.

-No seas tan apresurada, el yate solo será nuestro medio de transporte.

Me ayudó a subir al barco que tenia por nombre <<Amor mío>> un Yate de madera con dos pisos y una decoración de lujo, el capitán nos recibió con felicitaciones y una agradable bienvenida, sonreí ante su hospitalidad.

James me llevó a una pequeña sala que conectaba con la proa y se podía observar todo el océano a nuestro alrededor, la brisa me alborotaba el cabello y daba esa tranquilidad que solo se conseguía en las aguas marinas.

-¿Es tuyo?

-Nuestro.

-¿Lo has comprado ya?

Reglas del juego.Where stories live. Discover now