Capítulo 31: Postres y Alergias.

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Wanda.

-Muy bien hijo, hagamos esto.- Dejé a Liam sobre su moisés. Seguía despierto pero por la forma en que sus ojos se cerraban y abrían con lentitud sabía que se dormiría en pocos minutos. Una vez que lo aseguré con su cinturón lo moví suavemente hasta el baño, lo dejé cerca de la puerta y luego suspiré.- Será sencillo, sólo serán cinco minutos y tú eres un bebé maravilloso. ¿Verdad?.

Liam me miró con sus ojos perezosos, cada día se definía un poco más su color definitivo y serían claramente azules cómo los de Bucky. Su cabello aún era poco pero ambos fuimos rubios en nuestra etapa de bebé así que llegamos a la conclusión de que Liam también debería serlo. Aunque según mi sueño de hace algunos meses me dice que su cabello será más oscuro por lo que si era fiel a eso lo tendría castaño.

Si, exactamente igual a Bucky. El destino tenía jugarretas que nunca entendería.

-Sé que no te has portado cómo el mejor bebé últimamente pero podrías apoyarme ahora que quiero darme una ducha ¿no?.

Luego de esas palabras Liam se durmió y suspiré, aliviada. Bucky había tenido que viajar con urgencia de Seattle a Los Ángeles y por más que suplicó no pudo regresar el mismo día así que había pasado la primera noche sin ver a Liam, sin cargarlo y desearle buenas noches. Todo había sido triste para él y en consecuencia para mi, ya que debí ser yo la que sostuviera el teléfono para Liam escuchando la triste voz de Bucky.

Regresaría en un par de horas por lo que aunque estaba sola decidí darme una ducha y no recibirlo cómo una pordiosera. 

Mi baño duró exactamente cinco minutos, lo que no evitó que cada treinta segundos sacara la cabeza de la ducha para asegurarme de que Liam estuviera bien. Afortunadamente su siesta fue suficiente para alcanzar a estar lista antes de que el timbre sonara.

-Hola Garret.- Dije dejándolo pasar. No pude evitar pensar en que debí esperar algunos minutos más para una ducha menos estresante.- Lamento haberte molestado, estaba segura de que quedaban más pañales.

-No te preocupes, debía ir al supermercado de todos modos.- Me entregó el paquete y luego avanzó rápidamente hasta el moisés de Liam.- ¿Pasaron buena noche?.

-No, tuvimos ambos crisis del sueño...sólo que él puede dormir ahora.

-¿Es porque Barnes no estuvo aquí?.

-No lo sé.- Confesé.- Quizás si.

-Lo imaginé, ¿por qué no tomas una siesta?.

-No...no te preocupes, estaré bien. Puedes irte si tienes cosas que hacer.

-Tarde libre, cubrí un doble turno la semana pasada así que estoy libre. Ve a dormir, yo cuidaré a Liam.

-¿Estás seguro?.

-Por favor, está dormido. ¿Qué tan difícil puede ser? Si no sé que hacer te despertaré.

-Eso sería genial, pero despiértame de inmediato si algo pasa. ¿De acuerdo?.

-Él me asusta, no tengas dudas de que te despertaré.

Me fui a la cama sintiéndome casi tan feliz cómo cuando santa traía regalos. Dormir una siesta era lo más maravilloso que podían ofrecerme y estaba pasando justo ahora. Aunque sabría que no sería muy larga aunque fueran diez minutos sería el mejor tiempo invertido para mi este día. Y así fue, dormí y soñé con Bucky. Caminando por la orilla de la playa tomados de la mano, él con Liam en su brazo derecho, sonriendo. Siendo felices. Juntos. 

Cuando desperté fue por las voces que venían desde la sala, mi cerebro entraba en alerta de inmediato cuando las escuchaba juntas así que despabile de inmediato y me senté en la cama agudizando mi oído.

Embarazada A SueldoWhere stories live. Discover now