Capitulo 32: Concierto.

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Luego de algunos minutos de mecer a Liam paseándome por la habitación de Bucky se durmió. Como no podía pensar en otra cosa más que estar cerca de Bucky en caso de que algo se complicara con su alergia, dejó a Liam en su habitación y se mantuvo en una pelea silenciosa contra el aparato que me mostraría a su hijo cuando no estuviera en la misma habitación que él. Afortunadamente resultó sin tener que pedir ayuda y se llevó la pequeña pantalla de regreso a la habitación de Bucky, quién seguía dormido.

Se puso su pijama dentro del baño para no despertarlo y cuando salió se estaba levantando de la cama quejándose un poco.

-¿Estás bien?.- Preguntó caminando hacia él. Bucky levantó su cabeza y la miró arrugando su frente, absolutamente confundido tratando de recapitular que era lo que había pasado.

-¿Wanda?.- Preguntó mientras pasaba las manos por su rostro.

-¿Esperabas a alguien más?.

-Creí que te habías ido.- Confesó mientras se quitaba su camisa y luego el pantalón. Aún no estaba muy consciente de lo que hacía pero se sentía tan mal físicamente que lo único que quería era dormir cómodo.- Me alegra de que no lo hayas hecho.

Se metió a la cama sólo en ropa interior como lo hacía siempre y luego se movió de lugar para hacerle espacio en la cama.

-Dormiré en mi antigua habitación, no te molestes.

-Duerme conmigo.- Soltó mientras sus ojos se cerraban sin que pudiera evitarlo. Tenía mucho sueño, quería quedarse despierto y conversar con Wanda pero no le fue posible, no se dio cuenta en que momento se rindió.

-Duerme Bucky.- Dijo Wanda sentándose en la cama y acariciando con suavidad el cabello de Bucky para que se relajara y durmiera.

Una vez que comprobó que todo estaba en orden con él, que estuviera respirando con normalidad y ningún sarpullido extraño apareciera decidió irse a la cama encontrándose con Ben en el pasillo.

-¿El se encuentra bien?.- Preguntó con una caja en sus brazos.

-Si, mañana se sentirá mejor.- Dijo ella y luego observó la otra caja que permanecía a un lado de la puerta de su habitación o bueno, la habitación que había usado todos los meses desde que llegó a vivir con Bucky.- ¿Qué está pasando Ben?.

-El señor Barnes organizó la habitación, se deshizo de algunas cosas de los cajones y en su mayoría de las cosas del ropero. Jamás lo había hecho desde que se mudó así que habían muchas cosas de hace años.

-Iba a dormir ahí hoy, ¿está en condiciones?.

Ben se lo pensó un momento y luego sonrió mirando hacia la habitación. No entendí muy bien porque lo hizo pero luego asintió.

-Claro, Teresa puso sabanas limpias.

-Perfecto, iré a dormir ¿deberías hacer lo mismo?.

-Sólo llevaré estas cajas abajo y luego lo haré.

-Genial, buenas noches Ben.

Caminé lo que restaba del pasillo hasta la puerta de la habitación que abrí con total naturalidad mientras observaba por el monitor cómo Liam se movía un poco pero luego continuó su sueño. Al encender la luz mis ojos se abrieron con asombro por lo que tenía en frente. Bucky no sólo había reorganizado toda la habitación sino que ahora lucía muy diferente, empezando por el edredón que cubría la cama que había sido reemplazado por uno de mi color favorito, las cosas que adornaban los muebles ya no estaban y en su lugar habían muchas fotos en cuadros de Liam y mías, otras de ambos y algunas de Bucky con Liam. Algunas no las había visto jamás, otras eran las que tomó en el hospital y en el departamento. Me pasee por la habitación observando cada una de las fotos, las de Bucky me hicieron soltar varias carcajadas por lo divertidas que eran. Finalmente observé la cómoda dónde yo siempre me sentaba a maquillarme o peinarme, ya que tenía un espejo grande con buena luz. En el ahora en vez de mis cosas había un montón de papeles con la letra de Bucky en cada uno de ellos. Algunos estaban lisos uno encima del otro pero varios ya estaban arrugados o de plano los había hecho una bolita, habían más de diez de esos. Quise mirar pero me lo prohibí a mi misma ya que esa era la intimidad de Bucky y debía ser respetuosa con eso por lo que sin leer nada me cepillé los dientes y caminé a la cama para dormir pero mi curiosidad pudo más por lo que salté de la cama y abrí el famoso armario que había sido testigo de mis peores momentos en esta casa. Tal como mencionó Ben ya no había casi nada ahí, excepto una pequeña caja que contenía algunas de mis pertenencias olvidadas. Dos camisetas, jeans, mi cepillo de dientes, shampoo y un conjunto de ropa interior.

Embarazada A SueldoWhere stories live. Discover now