35.- La Necesidad De Protegerlos.

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-Voy a reconocer que desde que conociste a Barnes mejoraste en tus habilidades culinarias.

Garret entró a la habitación de Liam segundos antes que yo y se sentó en la mecedora con uno de los osos de felpa en sus manos mientras me miraba divertido. Mi bebé había decidido que ese día era un gran día para explotar su pañal por lo que ambos tuvimos que cancelar nuestra conversación en el jardín por una en su habitación para poder cambiar su pañal y el noventa porciento de su ropa.

-Antes decía que te gustaba lo que preparaba.- Respondí alzando una ceja mientras dejaba a Liam en el cambiador.

-Bueno, eran buenas comidas, sólo digo que ahora mejoró.

-Si claro, intenta repararlo.

Continúe mi trabajo de limpiar a Liam lo más rápido que pude mientras me reía de las arcadas que exageraba Garret por tener que llevarse la ropa sucia al baño de al lado.

Pensé en enviarle un texto a Bucky con una foto de Liam pero al tantear el bolsillo trasero de mi pantalón, que es dónde solía estar mi teléfono, me di cuenta de que lo había olvidado en la planta baja. No le puse mucha atención ya que bajaríamos en cuanto terminara de abrochar los botones del traje.

-Wanda, Bucky me ha estado llamando. ¿Sabes por qué? No lo sentí.- Garret entró con su teléfono en su mano derecha mostrando dos llamadas perdidas de Bucky.

Iba a responder cuándo desde las sombras del pasillo un arma se puso justo detrás de la cabeza de mi amigo, quién inmediatamente levantó un poco sus brazos perdiendo todo color en su rostro. Mi padre permanecía sereno mientras empuñaba el arma y me dedicó una ligera sonrisa, por instinto yo levanté a Liam apegándolo a mi pecho.

-¿Cómo estás hija?.

-¿Qué haces aquí?.

-Sólo quiero conversar de un asunto, quedamos en que no te molestaría mientras estuvieras embarazada pero ya es momento de saldar deudas.

-Deja a Garret, él no tiene nada que ver con esto.- Solté rápidamente al notar que mi amigo seguía amenazado. Me impresionó lo calmada que estuve al soltar esas palabras porque en mi interior estaba paralizada por completo.

Alec Maximoff soltó una pequeña risita y luego levantó su otro brazo, su otra mano también sostenía un arma y la utilizó para apuntarnos con ella. A Liam y a mi. Mi corazón latía a una velocidad que nunca pensé que podía latir.

-A la cuna.

-No, lo tendré cerca de mi.

-Creo que sabes que no tienes poder de decisión en estos momentos. ¿Verdad, brujita? Pon al mocoso en la cuna si quieres que siga respirando.

Ante sus palabras tan frías y peligrosas tragué saliva y asentí para luego moverme lentamente hasta la cuna de Liam. Mi bebé lloriqueo un poco cuando se sintió en la superficie de su colchón pero aún con mis manos bastante temblorosas pude ponerle su chupón y afortunadamente se quedó bastante contento observando los dibujos de su pared. No quería moverme de ahí pero mi padre hizo bruscos movimientos con su arma indicándome que me alejara de la cuna por lo que si podía hacer que esa cosa mortal me siguiera a mi y no a mi bebé lo haría.

-No quiero que intenten nada.

-¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero?.- Preguntó Garret pero mi padre le dio un empujón tan certero y fuerte que lo lanzó hasta dónde estaba yo. Todo sin dejar de apuntarnos con su arma.

-Si no tiene nada que ver será mejor que mantenga la boca cerrada.- Ladró con impaciencia.

-Garret, por favor mantente al margen de...

Embarazada A SueldoWhere stories live. Discover now