〈 FINALIZADA 〉
「 𝐒𝐓𝐀𝐘 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄 🦋 」᎒ Sunhee y Jeno estaban más que perfectos en sus vidas, hasta que alguien se interpondrá entre ellos.
¿Está bien sentir mariposas revoloteando en tu estómago cuando ya amas a alguien?
❝ Después de lo que...
— Ven a desayunar sunnie~ —le aviso mientras preparo las tazas de café.
Escucho sus pisadas en el pasillo, corriendo del baño a la habitación. No son segundos después en que se coloca a mi lado de la cocina.
— Lo siento hee, llego tarde— dice mientras toma algo de la heladera.
— ¡¡Ey, ladrona!!— me quejo cuando la veo alejarse con mi tostada. Escucho su risa retumbar en todo el lugar.
— ¡Nos vemos Hee! — grita antes de cerrar la puerta principal.
Una vez verifiqué que hayan traspasado unos cuantos minutos desde que se marchó, tomo el celular y las llaves para salir del departamento.
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Posteriormente de manejar por alrededor de 15’ o más llego a mi destino. A diferencia de la última vez que estuve aquí hoy no traía a Sunhee conmigo y seguramente si sabe lo que estoy por hacer se enojará demasiado conmigo, pero todo valdrá la pena. Mientras esperaba deseaba no haberme confundido de puerta porque seria una vergüenza, aunque lo descarto una vez veo el rostro de la persona que buscaba.
— ¿Qué haces aquí?— pregunta desconcertado.
— Si, hola Jen también me da gusto verte— trato de decirlo con sarcasmo.
— Bueno, me recibiste de la misma manera aquella vez
— Touché... Vengo a traerte algo
— ¿Qué cosa? — no se si sigue ofendido por como lo traté o que, pero no recibo entusiasmo de su parte.
— ¿Me dejas pasar? —miro detrás suyo, siendo evidente.
Él se hizo a un lado de la puerta para dejar que, finalmente, entrara a su hogar. Luego de que me ofreciera algo para beber, y en efecto negarme, me invitó a pasar a su sala de estar donde supuestamente para él sería el lugar más cómodo.
— Bien, ahora dime a qué viniste. — rendido se sienta enfrente mio.
— Vine a salvar la vida de dos personas, bueno no tan así.
— ¿De qué hablas? — si antes estaba confundido ahora lo es mucho más, si eso es posible.
— De ti y de mi mejor amiga, por supuesto, ¿de quién más? —digo con obviedad.
— No estoy entendiendo nada Heeseung
— Como siempre— él bufó molesto— bien, te contaré unapequeña historia — me acomodo mejor en el sofá.
— ¿Hee no trabajas?
— Oye! Es mi día libre, no me interrumpas. — sin más se cruzó de brazos y recostó su espalda en el sillón, como si lo que estuviera por decir no sea importante.
