Capítulo 11

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Oh, definitivamente debió pensar lo que estaba a punto de hacer con mayor detenimiento. Si lo hubiera hecho, se habría ahorrado ese montón de cámaras y reporteros en la entrada de su antiguo hogar; el palacio Jeon de los lobos blancos.

Sin embargo, lamentarse era en vano. El hubiera y el habría difícilmente se presentan en el plano de la realidad andante y sí, el príncipe Jeon ahora era mucho más realista, rayando en lo pesimista tal vez.

Sin más que hacer decidió ignorar todas y cada una de las preguntas. Se sintió apenado de que le vieran en un estado tan desconocido para él y que lo vieran casi tratando de esconderse bajo esa ropa común que usaría cualquier persona menos un príncipe.

Pero lo hecho, hecho estaba.

Se adentró en el palacio con ayuda de los guardias que le escoltaban con dudas para presentarse a donde sus padres se encontraban.

En el camino, que no era tan corto, pero tampoco tan largo, el omega se encontró a sí mismo recordando su antigua vida con cada paso que daban.

Atravesó los jardines y después entró por una gran puerta que le conducía a un enorme corredor, a los lados habitaciones y enormes salas, las paredes eran adornadas por fotografías de sus ancestros y del techo colgaban candelabros costosos.

No era muy diferente al ostentoso palacio Kim, solo que con su esposo la familia real decidió vivir en un palacio tradicional coreano y el moderno era solo vacacional.

Un punto para su familia que habían apostado más a la modernidad. "Aunque no con los matrimonios" pensó para sí.

Después de su pequeño reencuentro consigo mismo, se sintió en casa al percibir el aroma de sus padres. El guardia principal abrió la puerta del gran salón donde se encontraban sus padres ya con pijamas "El príncipe heredero consorte Kim de los lobos grises, su majestad" anunció el guardia.

"Prefiero conservar el Jeon" dijo Jungkook casi imperceptiblemente.

El rey y la reina lo observaron sorprendidos ante la repentina visita.

"Jungkook" Su padre le llamó y él no esperó un segundo más antes de correr a los brazos de su amado padre "bebé, ¿Qué haces aquí?" Preguntó correspondiendo el abrazo de su hijo.

Su alma estaba tan quebrantada que sentir el calor de su progenitor le sanaba cada una de esas heridas. "Te extrañé mucho, papá" musitó por lo bajo. Llenándose del aroma de eucalipto de su padre se sintió reconfortado en los brazos del alfa que más amaba.

El rey lo había extrañado tanto, ahora que lo tenía en sus brazos se daba cuenta de lo tanto que extrañaba su presencia en el palacio.

Su inocente príncipe.

"Jungkook, debiste decirnos que vendrías" su madre interrumpió uniéndose al abrazo familiar.

Y justo en ese momento Jeon Jungkook se sintió completamente feliz. El peso que le había estado aplastando desde el compromiso se levantó milagrosamente de su alma y lo despojó de cualquier sentimiento negativo para dar lugar a la calidez de un verdadero hogar.

En su nueva casa con el príncipe todos eran tan distantes. Nunca se veían para asuntos fuera de cuestiones de gobierno, los reyes dormían en habitaciones separadas e incluso habían ordenado que después de una asegurada concepción ellos debían dormir en cuartos separados.

La familia real Kim nunca comía junta, solo en ocasiones especiales. Acostumbraban un desayuno familiar, pero fuera de eso nunca lo hacían. Y por si fuera poco, nunca, bajo ninguna circunstancia, abandonaban sus títulos reales.

Un esposo para el príncipeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant