Capítulo 27

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El alfa observó ceñudo la venda que cubría el cuello del pelinegro, habían pasado unos días y de pronto Jungkook mantenía cubierto parte de su cuello y hombro con un apósito.

Sin embargo, Seokjin debería no hacerse cuestionamientos, ni mucho menos molestarse por la suposición evidente que rondaba en su mente.

Él era consciente de que Jungkook era el omega de su primo, sería el futuro rey consorte y no podrían llegar a la corona si aquella unión no se consolidaba de manera permanente con una marca. 

Pero entonces, ¿por qué le molestaba tanto? No podía desviar la mirada del cuello del menor. 

Jungkook se removió algo incómodo ante la mirada penetrante de su primo político y se sonrojó cuando notó una pizca de disgusto en sus orbes amielados. 

“¿Puedo preguntarle algo, su alteza?” Seokjin habló después de un rato sin haber dicho palabra alguna, pues se suponía estaban tomando una clase. 

El otro abrió los ojos en demasía “Ya estás preguntando algo, Hyung” se rió para eliminar aquel ambiente tenso.

El mayor llevó su mano a su propio cuello “¿Está marcado o por qué el vendaje?” preguntó sin tantos rodeos.

“Ah” soltó el pelinegro desviando la mirada hasta el ventanal que daba al jardín que estaba rodeado de guardias reales “Sí… eso parece” titubeó.

“Entiendo, oficialmente eres el omega de su alteza real” dijo fingiendo una sonrisa, que más que felicidad sincera irradiaba amargura. 

“Sí, bueno, supongo que estas cosas tienen que pasar” el omega tampoco entendió por qué aquella situación le disgustaba, por qué no le gustó ver aquel rostro decepcionado en el alfa. 

“Aunque las cosas siempre pudieron haber tomado otro rumbo” dejó salir sin pensar el mayor y Jungkook decidió que lo mejor era desviar el tema. 

Durante toda la sesión Seokjin no dejaba de observarlo, sus ojos iban de su rostro al vendaje y a otras partes de su cuerpo. Como si pudiera desentrañar algo oculto en el más bajo, como si pudiera observar la forma en que su primo había hecho suyo el cuerpo del omega que le gustaba.

Porque sí, a Seokjin le gustaba, le gustaba más de lo que debería hacerlo y aunque en un principio se sintió culpable para con su primo, ya no le importaba para ser sinceros. 

“Gracias por la clase de hoy” Jungkook comenzó a guardar sus cosas con algo de apuro. 

“Jungkook” Seokjin le llamó por su nombre y este sintió congelarse en su lugar, pero aún así alzó la vista para encontrarse con el rostro atractivo de su tutor real “¿Tú amas al príncipe?” cuestionó sin miramientos.

El aludido abrió la boca en desconcierto “¿Perdón?”

“Dime, ¿tú lo amas?” 

Espabiló su mente, pero se obligó a responder “Sí” aunque la voz le tembló en el proceso.

“¿Lo amas lo suficiente como para aceptar su marca?” Volvió a preguntarle serio. Tratando de convencerlo y convencerse de que no había sentimientos de por medio.

“¿Qué son esas preguntas, Hyung?” rió nervioso “Es mi alfa, claro que sí” esta vez dijo con mayor seguridad. 

Seokjin asintió poniendo las manos en sus rodillas y desviando la vista a los lados, por si había algún impertinente “Ya veo…”

“Me tengo que ir” Jungkook se levantó de inmediato antes de que el otro hiciera más preguntas, pero fue demasiado tarde. 

“¿Entonces si lo amas por qué mientes?” Espetó desde su sitio haciendo que Jungkook volteara con una mano sobre el vendaje en su cuello alarmado por aquella pregunta.

Un esposo para el príncipeحيث تعيش القصص. اكتشف الآن