Capítulo 30

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Se dice que cualquier rey lo tiene todo. Lo que observa y señala lo obtiene. El poder no posee límites, los herederos de dichos reyes tampoco conocen la negación de un capricho, pero tal vez hay quienes han comenzado a conocer el escarmiento, la negativa de un deseo inmenso y de algo intangible que llega a ser inalcanzable, haciéndolos rodar por el borde de la locura por perseguir lo inalcanzable.

Kim Taehyung así lo sintió el día de su boda, cuando hasta el último minuto se negó a desposar a un joven que no conocía y tampoco amaba. Comprendió que su actitud fue de las peores, sin embargo ¿quién estaría contento de desposar a un desconocido? sabía muy bien que nadie, pero sí esperaban que él lo estuviera. Se mantuvo con aquel sentimiento ácido y corrosivo semanas después de la ceremonia matrimonial y la molestia le acompañó a cada instante, desde el primer pensamiento al despertar hasta el último que concebía antes de dormir.

En aquel tiempo había experimentado la terrible sensación donde parecía que podía llegar a tener todo y a la vez nada, porque las cosas materiales no suplían la libertad de elegir con quien casarse y qué hacer con su vida. Ahora ya no le importaba eso que en su momento lo había derrumbado. Había cambiado su perspectiva de aquella forzada unión.

Quizás nunca fue forzada como ellos pensaban.

Era totalmente consciente de que había prometido la libertad al príncipe Jeon a cambio de un descendiente; cosa que él no pidió. En un principio insistió, pero después se dio cuenta que no podía hacerle eso al menor, hasta que este lo sugirió. Sabía que aquel era su deber y claro que ansiaba un hijo con el omega del que estaba hechizado por completo; nunca se imaginó que se sentiría de aquella forma.

Tan solo ponerse a pensar en cómo sería su cachorro con el pelinegro algo se alborotaba en su interior. Siempre había deseado ser padre y si el omega que cargaría a sus cachorros sería Jungkook él lo consideraba más que un privilegio.

No obstante, aquella felicidad perduraría si tan solo no tuviera que pagar el alto precio de dejar ir al pequeño omega. Estaba dispuesto a renunciar a la idea de un bebé si eso significaba que podía alargar la estancia del menor en su vida, porque el pobre príncipe Kim no encontraba otra manera de atarlo a él sin parecer más egoísta de lo que ya había sido.

Su respiración se descontroló considerablemente, su corazón retumbó erráticamente en su helado pecho que sintió arder recordándole que él podía llegar a sentirse de esa forma, un ardor que descongelaba su corazón. "Ese hijo no es mío" susurró en medio de las lágrimas ahogadas en el murmullo mientras movía la cabeza con rapidez en una negación "No es mi cachorro" la voz ronca sonaba herida; no sonaba contento ni molesto, sonaba lastimado, un llanto de auxilio.

El menor le miró incrédulo. Por alguna razón la habitación no mantenía toda la iluminación encendida y Jungkook se sentía sudar, no sabía si por los eventos recientes o por el enfrentamiento, pero escuchar aquellas palabras salir de la boca del castaño lo encendió en ira "De qué mierda está hablando" dijo con la mandíbula apretada sin elevar su tono de voz que trataba de mantenerse calmado.

El aludido negó con la cabeza alborotando sus cabellos canela esta vez con mayor determinación "No es mío" volvió a negar "¡¿Cómo sé yo que ese hijo no es del traidor de Seokjin?!" cuestionó en un grito en medio de su desesperación, iluminando los ojos de su linaje.

El otro no se quedó atrás y también le mostró su lobo ofendido a través de los ojos "¡Cómo se atreve!" exclamó y de nuevo las náuseas volvieron a su cuerpo queriendo doblegarlo ante la negativa del castaño "¡No se atreva a negar a su propio hijo!" amenazó agitado por el coraje que le causaba el alfa.

"¡Te vi besándote con él!" le gritó con furia. Tan solo de recordar aquello su lobo volvía a recobrar el salvajismo de antes "No dudaría en pensar que también te hubieras acostado con él cuando yo no estaba" se secó las lágrimas de su enrojecido rostro rudamente con su antebrazo y se levantó del suelo en el que se encontraba para encarar al omega.

Un esposo para el príncipeWhere stories live. Discover now