Hell's Kitchen High ♡ Fratt

4: Frank Castle

══ ❁ ❁ ♡ Frank Castle ♡ ❁ ❁ ══

¿Es posible describir a Francis Castle? Siendo honestos es alguien muy complejo, rayando entre la dificultad y el problema. Podría decirse que es como un muñeco ruso, una capa cubierta por otra que es cubierta por otra con el fin de proteger a aquél niño que alguna vez perdió más de lo que alguien a su edad debía.

Cada noche él podía rememorar una y otra vez la noche en la que perdió todo, con el paso del tiempo sus recuerdos se volvían más lejanos pero el sentimiento hervía dentro de él así como las imágenes se grababan cada vez más.

La luna brillaba junto a las luces de la ciudad, el carrusel tocaba su músico carnaval mientras su familia disfrutaba de un momento de felicidad. Su padre y su madre se habían dado el tiempo de llevarlo a él y a sus hermanos al parque tras semanas sin poder hacer algo entretenido.

"¿Qué le sucede a papá?", Frank podía recordar que Lisa, su hermana menor, preguntó antes de escuchar diversas detonaciones de armas de fuego.

De un momento a otro, su familia se encontraba en el suelo, derramando un elixir rojo sobre el colorido metal del juego mecánico. En un parpadeo su familia había muerto frente a él, sin porqués ni despedidas. Sólo se habían ido para siempre, ¿por qué él quedó con vida? ¿quién se atrevería a hacerle esa barbaridad a una familia inocente como la suya?

Él, en ese entonces de apenas once años, gritó por ayuda con todas sus fuerzas hasta que la voz dejó de hacer su trabajo. Su hermano no reaccionaba, su hermana tampoco, ni siquiera sus padres, todos estaban inmóviles y bañados en su propia sangre.

Como siempre, la policía llegó pero ya era tarde para hacer cualquier cosa.

No había nadie más quien pudiera hacerse cargo de él por lo que llamaron al único teléfono de emergencia que el chico conocía: el de la casa de su amigo de la escuela, Billy Russo. No pasó mucho tiempo hasta que los padres de William decidieron tomar la custodia del último niño con vida de los Castle. Después de todo, era el mejor amigo de su hijo y no querían que este sufriera por el resto de su vida. Suficiente había sido con perder a su familia en un fuego cruzado.

Desde ese momento algo cambió en Frank, había un vacío en su corazón, un sentimiento ahogado que no podía extinguir. En su mirada se podía discernir el aura de un sobreviviente, del tipo que aunque siga con vida ha perdido

El chico intentó de todo mientras cruzaba la adolescencia: meditación, fue basura; lectura de autoayuda, charlatanería; finalmente se encontró con el deporte y, aunque no hacía que la sensación desapareciera, lo distraía lo suficiente como para ignorar el color rojo que inundaba su mente cada vez que cerraba los ojos.

Pero en este día en particular, Castle llegaba un poco tarde a clase con su mochila deportiva colgando por el hombro, se separó de Billy al entrar a la escuela ya que su amigo tomaba una clase distinta, estadística. Como todos los días él se dirigía hacia el aula de física con una sudadera negra puesta y unos pantalones de mezclilla para, al final de la jornada, regresar a casa con ropa deportiva tras entrenar con los jugadores de Americano.

Entró al aula al mismo tiempo que el profesor Servig, sin embargo, le tomó tiempo sentarse porque ahí estaba él: el pelirrojo de los lentes guindos. Desde hace meses que él había notado su existencia y se transformó en una ironía cruel, tanto tiempo pasaba tratando de alejar ese color de su mente hasta que lo vio y comenzó a intrigarle aún más.

Varias veces anteriores había intentado mantener conversación con él pero el chico pelirrojo siempre parecía alguien nervioso y protegido en los brazos de sus amigos. Sin embargo, estaba decidido a hacer algo aquél día.