Hell's Kitchen High ♡ Fratt

9: K1LGRV

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—¿No planeas venir a entrenar? —cuestionó Trish Walker a Jessica Jones en medio del pasillo. Ella estaba preocupada por su hermana, ¿por qué tanto misterio le rodeaba? Y, más aún, ¿por qué Jessica no confiaba lo suficiente en ella para hablar al respecto?

—No —respondió la pelinegra—. Y no le digas a Dorothy o me va a matar.

—Lo dices como si le importara —dijo la rubia rodando los ojos.

—No, lo digo porque le faltan excusas —exclamó con una sonrisa ladina.

Trish dejó salir una pequeña carcajada detrás de un soplido y decidió retirarse con preocupación. Jessica no necesitaba decirle qué debía hacer o cómo mentir, después de todo era una actriz y podía aventajarse diciendo que la chica se había fracturado durante el incidente de la tarde anterior. Pero eso no era problema para la pelinegra, quien se quedó vigilando las almas que salían de sus clases dispuestos a retirarse a sus casas. Ella esperaba a un chico en particular: Matthew Murdock.

Jessica se ocultó en un pequeño espacio a esperar, pensando en cómo canalizaría su miedo y trauma para hacerle entender a Matthew que necesitaba su cooperación. Ella se encontraba aterrada, no por la idea de quedarse sin ayuda y sin nadie sino por los pensamientos que cruzaban su mente. Los pensamientos que le sugerían la venganza como punto final a la historia que Kevin Thompson había dejado en su vida, como una cicatriz a medio cerrar o una sangrante abolladura.

—Vamos, ¡será divertido! —escuchó a una emocionada Karen Page tratar de convencer al cabizbajo pelirrojo. Lo único que la rubia deseaba era invitar a su amigo a una especie de pijamada en casa de Hope para levantarle los ánimos, a pesar de que ella desconocía la razón detrás de la pusilanimidad del joven.

—¿Puedo ir yo también? —preguntó Scott con una sonrisa, recibiendo una negación como respuesta por parte de su misma novia.

—Lo siento, solo chicas y Matt esta vez —reiteró Pym—. Haz agotado tus créditos mensuales con mi papá ayer.

—Santo cielo, ¡solo utilicé el baño! —se quejó Lang, ya que al llevar a Hope a casa después del partido, se vio en la necesidad de utilizar su sanitario, cosa que terminó en un desastre difícil de explicar y reparar para el señor Pym.

Foggy rio con fuerza al pensar en los escenarios posibles.

—No te preocupes, ya sacará todo —le dio Nelson unas palmadas en la espalda al castaño, causando una oleada de risas entre sus amigos.

El señor Pym era demasiado estricto respecto a la relación de su hija con Scott, varias veces intentó separarles pero dio mérito a la fuerza con la que se aferraban el uno al otro. Los veía como garrapatas indispuestas a separarse. Pero, para sentirse mejor consigo mismo y no arruinar la vida de su hija, como solía decirlo ella, creó un sistema imaginario donde daba créditos al chico y cada vez que hacía una tontería perdía un punto. Cuando su cuenta llegaba a cero debía conformarse con ver a Hope solamente en la escuela. Todo un drama.

La mente de Murdock se debatía si debía aceptar o no el asistir a esa reunión improvisada que Karen organizó para el jueves de la próxima semana porque sabía bien que era una trampa engañosa para hacerle hablar sobre el tema que había estado evitando con ella.

—Está bien, iré —accedió el joven contentando a su amiga antes de que Jessica lo tomara del hombro y lo separara de su grupo de amigos—. Hola para ti también —se quejó de la repentina actitud de la pelinegra.

—Está bien, hablaré contigo solo porque necesito tu ayuda —admitió Jones.

Delante de ellos, se encontraban los amigos de Murdock. Este último aseguró que no tardaría en alcanzarlos puesto que necesitaba privacidad para discutir con la chica. Ambos salieron del edificio y se dirigieron a unas escaleras junto a la entrada para charlar con más calma.