12: Contrapunto

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══ ❁ ❁ ♡ Contrapunto ♡ ❁ ❁ ══

Tiempo antes del pleito en el apartamento de Stick, se encontraban Murdock y Castle caminando por las frías calles de Hell's Kitchen. El pelinegro fingía no saber el camino hacia el hogar del otro, aunque le parecía interesante la memoria geográfica de Matthew. A decir verdad, creía que era fascinante.

—Dijiste que querías conocerme mejor, yo ya te dije mi nombre, donde vivo y quienes forman parte de mi vida —explica el pelirrojo sin soltar el hombro del chico—, ¿debería preocuparme de que alguien podría suplantar mi identidad o me contarás algo sobre ti?

—Frank Castle, de Hell's Kitchen, vivo con la familia de mi mejor amigo —responde el joven con rigidez.

Murdock sonrío por lo bajo, eso era algo que él ya conocía pero escucharlo de él le brindaba paz. Matthew se detuvo y señaló el edificio a su izquierda: la iglesia del padre Lantom.

—¿Qué sucede? ¿Vives ahí? —preguntó el extrañado Castle antes de recibir como explicación que aquél era el sitio donde se albergaba antes de ser adoptado, lugar al que cada domingo asiste sin falta.

Ambos chicos se sentaron fuera del edificio por unos minutos, observando la iglesia encendida por dentro. Murdock explicó que no era alguien religioso antes de terminar allí, sin embargo, solía pedir todas las noches el bienestar de su padre, quien peleaba para sobrevivir, sin saber el significado de sus rezos. Al final sus plegarias no fueron suficientes y la vida de su padre se esfumó de un momento al otro, tal y como la suya. Al crecer en la iglesia, había aprendido a abrazar su religión, su fé.

—Eres un monaguillo —puntualizó Castle sin seriedad.

—No me gusta como suena eso —admitió Murdock—, pero si es la palabra que describe a alguien que puede tener esperanza por el futuro, entonces lo soy.

—Entonces sí eres un monaguillo —se carcajeó Frank—. Un pequeño altar boy.

La sangre de Matthew tintó sus mejillas por las palabras del pelinegro que, por alguna razón, habían resultado eléctricas.

—Eso suena mejor —sonrió el pelirrojo, tratando de distraer sus manos.

—Yo nunca fui tan apegado a todo esto de creer, mi madre solía pedirme que rezara y lo hacía solo por eso —reveló Frank—. Ni siquiera cuando... cuando perdí a todos.

Matthew sabía lo que se murmuraba en los pasillos de la escuela, todos decían que la familia de Castle había sido asesinada durante un fuego cruzado en alguna plaza. Los menos sensibles aseguraban que había sido culpa del mismo Frank, y era precisamente el pelinegro quien lo creía.

—No había nada que hubieses podido hacer para cambiarlo —explicó Matthew con tacto—. He estado en tu posición, sé cómo se siente la impotencia de no poder salvar a los que amas, de no poder hacer nada para que se alejen de ti y sentir que tal vez pudiste hacer algo diferente.

—¿Y qué debemos hacer? ¿Por qué Dios permite que todo se vaya por el drenaje?

—Puede ser que ese sea su manera de ponernos a prueba, tal vez ni siquiera está en sus planes y solo sucede... o puede ser un castigo, un castigo que sabe que cometeremos, el peso que debemos cargar, nuestra propia cruz.

—No suena muy compasivo —exclamó Castle con ironía.

—Nadie dijo que lo fuera —replicó el pelirrojo, sintiendo el aire helado en su cabello húmedo—. De vez en cuando aún siento que estoy pagando una condena, una especie de maldición.

Hell's Kitchen High ♡ FrattWhere stories live. Discover now