Capítulo. 18

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Preguntas, respuestas y peleas.

Las calles de Riga estaban algo agitadas, algunas personas corrían enloquecidas y otras recogían sus pequeñas tiendas. Sam observaba todo su alrededor, intentando localizar por alguna parte de aquella ciudad al Barón Zemo; Bucky también realizaba la misma acción mientras que sujetaba con fuerza a Constanza sobre su hombro, había desfilado por las calles con la muchacha colgada como saco de papas.

Connie sintió como el ojiazul afianzaba el agarre en uno de sus muslo, muy cerca de un parte muy íntima pero, ya profanada por él. —Barnes, siento tu mano muy cerca de mi vagina. Te pido amablemente que la retires.— Pidió removiéndose en su lugar.

Las mejillas de James se tiñeron de un ligero rojo pero, mantuvo su postura firme. Nuevamente le apretó a ella el muslo con la fuerza suficiente para detener sus movimientos. —Y yo te pido amablemente que dejes de moverte.—

—Ya bájala, Buck.— Indicó Wilson, cruzándose de brazos.

Barnes con mucho cuidado, tomó por las caderas a la chica y la dejó apoyar los pies en el suelo, se apartó a los segundos.

—Debemos hablar, Rogers.— Dijo Sam con el rostro completamente serio.

—No soy una Rogers, pajarraco. Así que hasta nunca.— Se despidió y luego intentó alejarse de ellos.

James la sujetó fuertemente por la cintura y la llevó de retroceso hasta un callejón, dónde la estampó contra una de las paredes. —¿Te quedarás tranquila?— Preguntó con la voz enronquecida.

—Ya que me lo pide de esa manera, Sargento Barnes. Por supuesto que acataré su orden.— Contestó la rubia con coquetería.

Bucky se pasó la lengua por sus labios con lentitud, nunca dejó de observar a detalle el rostro de la fémina y sus ojos con aquel brillo infernal que los caracterizaban.

—¡Que asco! Ustedes son como tío y sobrina.— Sam dijo asqueado con una mueca en su rostro.

—Ni siquiera compartimos sangre.— Recordó Bucky cruzándose de brazos.

—Igual ya pecamos.— Comentó la rubia guiñándole un ojo a Wilson.

Sam abrió la boca en un gesto de sorpresa para nada grato y decidió continuar con la conversación que John desafortunadamente interrumpió. —¿Cómo es que eres la hija de Steve? ¿En qué momento el tuvo una hija? ¿Por qué nunca habló de ti? ¿Tu mamá es Peggy?—

Aquel bombardeo de preguntas, solo aturdieron a Constanza. Ni ella misma entendía su origen, no sabía si quiera si Hilda Zemo era su madre, dudaba de todo pero, su odio siempre permanecía.

—Sam, no eres el único que desea explicaciones pero, no las tengo. Simplemente un día mi madre, bueno a la que creí mi madre, confesó en su lecho de muerte el nombre de mi verdadero progenitor.—

—No entiendo nada.— Comentó el oriundo de Harlem.

—No importa. El punto es que con o sin intención, Steve me abandonó.— Sentenció la muchacha, abrazando a Bucky Barnes y tirando de él hasta dejarlo muy cerca de su cuerpo.

—Pensé que se había ido con Peggy.— Comentó James observando y contando las pecas del rostro femenino, con la intención de nunca alejarse de ellas 

Connie mostró una media sonrisa antes de hacer una pregunta que los haría enloquecer. —¿Alguna vez les dijo con quién se fue?—

—¡Oh por Dios!_ Exclamó Sam llevándose una de las manos hacia la frente y con la boca abierta en una gran 'o'. —Steve se convirtió en un rompecorazones.—

I WANNA BE YOURS • Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora