Capítulo. 40

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Gracias por salvarme.

En una pantalla holográfica se reprodujeron todos y cada uno de los archivos, videos y audios relacionados con la caída definitiva de Hydra años atrás. Bucky los observó y los analizó con bastante meticulosidad, bastante sorprendido por la verdad oculta tras cada acción pasada. Todo el desastre en el Río Potomac con los helicarriers del Proyecto Insight y su desprendimiento casi absoluto de aquella organización que por muchos años lo utilizo, Constanza los había causado.

Él no sabía cómo sentirse. ¿Agradecido? ¿Enfadado? ¿Preocupado por lo que ella podía llegar a causar en un futuro? Estaba confundido, sobre todo por el hecho de desconocer los verdaderos motivos que impulsaron a la rubia a ayudarlo pero, lo descubrió con un audio final.

—¿Puedo hacerte una última pregunta, Zemo?— La voz de Nick Fury resonó por cada parlante en la habitación, llamando la atención del súpersoldado castaño presente en ella.

—Claro, Nicholas Joseph Fury.— Contestó la rubia.

Rose, Yelena y Jake lo escaneaban atentos, esperando alguna reacción que no fuese un parpadeo o una respiración fuerte. Solo ellos conocían bastante bien a Connie, lo mucho que le había dolido ver cómo a James le borraban los recuerdos y lo reprogramaban para una nueva misión durante los años que trabajó asociada con Hydra.

—¿Por qué Barnes es tan importante para tí?— A través del audio se colocaba el ruido de varios papeles ardiendo entre las llamas.

Constanza suspiró profundamente y casi se pudo escuchar como sonreía. —Lo conocí cuando tenía ocho años. Me llevaron a una instalación secreta para supuestamente probar mi resistencia.— Comentaba. —El coronel Karpov y el general Dreykov le ordenaron a sus mejores agentes golpearme hasta que no pudiese más. Romanoff fue primero pero, ella tuvo compasión y se fue del sitio después. Después siguió Barnes, me golpeó fuerte y rompió una de mis piernas pero, aún así me levanté.—

—No sé cómo pero, él volvió en sí y me abrazó. Lloraba molesto consigo mismo, triste por lo que había hecho y me pidió perdón por golpearme.— Siguió escuchándose. —En sus ojos había terror, noté que no estaba en ese lugar por voluntad y simplemente, decidí hacer hasta lo imposible por entregarle su libertad.—

—Lo amas.— Dijo Fury a través del audio.

—Sí, podría decirse que amo a James Barnes y que todo lo que he hecho en contra de Hydra, jamás fue con la intención de lastimarlo.— La grabación terminó con aquella confesión.

James escuchó aquel relato en el audio y se descolocó bastante por las últimas palabras. Aquella pequeña niña rubia que visitaba sus memorias y atormentaba ligeramente su mente, siempre había estado cerca de él y ahora era la mujer más hermosa del mundo, aquella que tenía su corazón colgando entre sus manos.

—Por eso nos parece extraño su comportamiento de hace rato.— Le dijo Yelena, viendo la mirada confusa del súpersoldado.

—La mayoría de sus acciones intentan garantizar tu libertad y bienestar.— Continuó Rose, cruzada de brazos.

—¿Qué más ha hecho ella por mí?— Preguntó Bucky, girando su cuerpo para verlas.

Yelena alzó la mano derecha lo suficiente para poder contar sus dedos y las acciones de Connie. —Te cuidó desde la distancia mientras estabas en Rumania y se aseguró de que él puesto de frutas que siempre visitabas tuviera las mejores ciruelas.—

—No olvides la vez que le vació las cuentas a Alexander Pierce y creó una nueva para guardar todo ese dinero para que él lo usará en un futuro como compensación por daños y prejuicios.— Jake continuó el conteo.

I WANNA BE YOURS • Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora