Capítulo. 38

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Aclaración: Eventos ocurridos en el pasado de Constanza Zemo.

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Nicholas Joseph Fury.

Se supone que el director de una organización tan importante como SHIELD debía proteger sus dispositivos electrónicos con la mejor tecnología existente en la tierra pero, la llamada de un número desconocido e imposible de rastrear le hizo saber al hombre con un parche sobre su ojo izquierdo, que trataría con alguien inteligente y peligroso.

—Fury.— Saludó el moreno, quién iba conduciendo en su lujosa camioneta gubernamental por las calles de Washington D.C.

—Nicholas Joseph Fury.— Exclamó una voz femenina bastante aterciopelada. —Un placer hablar con usted.—

—Disculpa, ¿quién me está hablando?— Cuestionó el espía, arrastrando sutilmente su dedo pulgar hasta un pequeño botón en el volante de su auto para llamar a su fiel asistente Maria Hill.

—Soy la mujer que meterá una bala en su cabeza si no hace lo que yo digo en este instante.— Contestó la joven voz. —Y no intente llamar a Hill, ella está lidiando justo ahora con un explosivo sensible a los movimientos.—

Una imagen de la subdirectora de SHIELD se presentó en la pequeña pantalla que la camioneta incluía, Maria estaba sentada en una silla con C4 bajo el afelpado cojín, según pudo notar el Agente Fury. Se asustó, él sintió miedo pero, no demostraría su confusión. Si no veía rostros, no temía.

—¿Qué desea, señorita?— Preguntó el moreno con voz tranquila. Su sexto sentido, desarrollado durante tantos años como espía, le gritaba 'cuidado, ella es peligrosa' y no estaba equivocado.

—Cruce a la izquierda justo después de las siguientes dos cuadras, estacione en la gasolinera y baje de su auto con calma. Entre a la cafetería extravagante de la esquina como si fuese un día de rutina, y tome asiento en la mesa con un ramo de crisantemos.— Le explicaron. —Y no se desvíe, recuerde que su amiga Maria puede volar en pedazos.—

Él era consiente, astuto y para deshacerse de un enemigo, debía conocerlo primero. Por lo tanto, Fury acató cada indicación de la voz pero, se preparó con una grabadora de bolsillo para guardar cualquier evidencia a su favor.

Al entrar a la cafetería notó un par de trabajadores y dos mesas con ocupadas. Con pasó decidido se dirigió hasta la que tenía el ramo en el centro, pidiendo un café negro fuerte a una de las meseras que se acercó a él. Cuando obtuvo su tasa humeante, escuchó un silbido peculiar y observó como los presentes se retiraban.

—¿Todo este circo es para intimidarme?— Preguntó Nick, escuchando el choque de unos tacones contra el suelo. De espaldas a la entrada, se encontraba él.

La Vizcondesa de Sokovia emitió una pequeña risa. —Mi intención nunca fue esa, Nicholas Joseph Fury.— Tomó asiento frente al moreno. Sus labios rojos resaltaban, al igual que sus ojos verdes y las pecas que decoraban su rostro.

—Recita mi nombre completo para recalcarme que tiene el poder. Entiendo.— El director de SHIELD absorbió el líquido de su café y frunció la frente al sentirlo muy amargo, tomó el tarro de azúcar de la mesa y agregó dulzor a su café. —¿Quién es usted?—

—Constanza Zemo.— Le confesó la rubia, posando sus manos entrelazadas sobre la mesa. —Y tengo un asunto muy importante que tratar con usted, Nicholas Joseph Fury.—

I WANNA BE YOURS • Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora