Capítulo. 21

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Linda charla.

Luego de varios días de descanso y de reconciliación amistosa entre Bucky y Sam, ambos se encontraban en el patio de la casa del moreno practicando uno que otro movimiento con el escudo de franjas rojas y blancas que le pertenecía a su buen amigo en común.

Wilson aventaba el disco de metal contra de unos árboles forrados con colchonetas de gimnasia y lo tomaba nuevamente entre su brazo cuando se devolvía.

—Se siente raro levantarlo de nuevo. El legado de ese escudo es complicado, por lo menos. — Comentó Falcon, dejando ir de nuevo el escudo.

Bucky está vez tuvo el turno de tomar dl trozo metálico, atentamente lo detalló. —Cuando Steve me confesó su plan, creo que ninguno de los tenía idea de lo que significaría que un hombre negro recibiera el escuchó.— Explicó, escuchando como su compañero dejaba ir un suspiro. —¿Cómo podríamos?.. Sam, te debo un disculpa. Perdóname.— Con sinceridad en sus ojos, le entregó el disco a su nuevo dueño.

Sam tomó las correas del escudo y las pasó por su antebrazo hasta que quedaron bien sujetas. —Gracias.— Contestó.

—Y lo de Walker no fue tu culpa. Entiendo todo pero, ese escudo era lo más cercano a una familia y cuando lo creíste, me hizo sentir vacío. Me hizo cuestionar todo. A ti, a Steve e incluso, a mi.— Bucky al terminar todas aquellas frases, sacó del bolsillo de su pantalón la libreta que su amigo Steve le había entregado antes de irse. —Ya sabes que tengo su libere y supuse que si a él le funcionó, a mi también.—

—Entiendo todo eso, Buck. Pero, Steve ya no está.— Decía preparándose para dejar ir el escudo nuevamente. —Y tal vez te sorprenda pero, ¿a quién le importa lo que Steve creyera?— Preguntó lanzando el escudo nuevamente, dejando que el ex-asesino lo tomara. —Contestame algo, ¿aún tienes pesadillas.—

—Todo el tiempo. Eso significa que recuerdo que aún queda una parte del Soldado del Invierno en mí.— Respondió el castaño, lanzando con bastante fuerza el objeto de práctica.

Wilson tomó su escudo cuando llegó a su mano y dejó salir una de sus sonrisas agradables. —¿Estás listo para algo de amor rudo?— Preguntó, dispuesto a continuar cuando James le prestó más atención. —Si quieres salir de ese horrible infierno, esfuérzate. Hazlo.—

—Enmiendo mis errores.— Contestó Barnes con confusión.

—No, te vengas. Detienes a los delincuentes que apoyaste algunas ves siendo el Soldado del Invierno porque crees que de esa forma obtendrás consuelo. Intentas disculparte con toda esas personas porque crees que de esa manera te sentirás mejor, ¿verdad?— Cuestionó, notando la mirada gacha de su amigo. —Debes hacer que ellos se sientan mejor. Ir y realmente ayudarlos. Apuesto a que al menos hay una persona en esa lista que necesita saber la verdad y eres la única persona que puede dársela.—

—Como una docena.— Dijo James.

—Está bien, entonces empieza con una.— Aconsejó Sam. Realmente era un tipo con el que daba gusto conversar.

Bucky no puedo evitar sonreír. —Linda charla.—

Wilson no pudo evitar reírse por el comentario y estrechó su mano con la de su ahora amigo. —Deberías buscar y salir con la hija de Steve.—

—Te golpearía si te oye decirle así.— Contestó James sonriendo ligeramente al recordar a la rubia.

Sam no pudo evitar sonreír burlesco al notar la microexpresión del sargento. —Ella es linda, algo amargada pero, eso los hacen compatibles. Noto mucha chispa entre ustedes.—

I WANNA BE YOURS • Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora